JENNIFER LÓPEZ
La chica del Bronx que se convirtió en estrella
Por Monick Huitrón
La historia de hoy no tiene drama ni tragedias, pero tiene lo que tienen todas las historias que pasan por aquí; pasión, mucho corazón y un gran mensaje de inspiración. Estamos ante la historia de una chica de clase trabajadora venida de una familia de migrantes que desde pequeña descubre que quiere ser artista y enfoca toda su energía y todos sus pensamientos a ello: No hay distracciones, no hay límites en su mente y aunque sus padres tenían sus dudas, ella, nunca, jamás, dudó de lo que sería capaz de lograr. En el Bronx, la parte más pobre de Nueva York, nació Jennifer, el 24 de julio de 1969 y allí creció, en ese pequeño apartamento de apenas dos recámaras, ubicado en Blackrock Avenue, que compartía con sus dos hermanas, donde jugaba a cantar y a bailar. Mientras David, su padre, sacaba adelante a su familia con su trabajo de velador y más tarde como agente de seguros y su madre trabajaba en una guardería, ella, a sus 14 años practicaba deportes como el softbol, gimnasia y atletismo, alcanzando gran nivel y compitiendo en torneos nacionales: ahí la respuesta a su tremenda figura. Estudiaba en el Preston High School y por las tardes tomaba el tren que la llevaba a Manhattan para sus clases de danza. Así pasaron un par de años más hasta que cumplidos los 16, consigue un pequeño papel en la cinta My Little Girl y para calmar los problemas con sus padres, que eran, casi insostenibles por su desacuerdo en que ella se tomara en serio lo de ser artista y como doña Guadalupe, su madre, quería que J.Lo fuera abogada, se inscribió en la carrera de leyes en el Baruch College, del cual desertó en el sexto semestre y después de una seria discusión con sus padres, se fue de su casa; trabajó por un corto tiempo en un bufete de abogados para costearse sus clases de arte que no dejaría por nada del mundo, además, debía pagar el alquiler del apartamento en el que viviría. Por fortuna, fue consiguiendo trabajo como bailarina en diferentes musicales en Broadway, como Jesucristo Súper Estrella. Al poco tiempo, la invitaron como bailarina de otro musical con el que recorrió Europa varios meses, para terminar en Japón como bailarina, cantante y coreógrafa para la serie Synchronicity. En 1991 la seleccionaron para formar parte del cuerpo de bailarines de los New Kids On The Block y dos años después para Janet Jackson, lo cual la metió por la puerta grande al negocio del entretenimiento porque además de agarrar fuerza y muchas tablas en enormes escenarios viajando por diferentes partes del mundo, pudo observar y aprender cómo se manejan las grandes estrellas; mientras bailaba y Janet era la figura central, ella soñaba y se aseguraba para sí misma, que algún día, la estrella central sería ella. Empezó a conocer a gente clave en el medio y aunque la rechazaron de algunos castings por su aspecto latino y porque además, su perfil y sus curvas eran muy diferentes al de las actrices de Hollywood; flacas y rubias, ella, no se daba por vencida y asistía a cuantas pruebas podía, siempre esperando escuchar, algún día, un, sí, por parte de los productores y directores. Entre 1993 y 1996 participó en diferentes cintas, la mayoría, con malas críticas y poco éxito en taquilla, hasta que en 1997 Abraham Quintanilla la elige para protagonizar Selena, y su vida, dio un giro tremendo e inesperado; cobró su primer millón de dólares con el que se compró un Merces Benz y lo demás lo guardó sabiendo que el negocio del show es incierto, abriendo así, la puerta para las latinas en Hollywood. Esto le dio seguridad y en cada trabajo posterior se crecía como actriz y la prensa empezaba a posicionarla en el lugar de superestrella y después en el de diva. Habían pasado solo tres meses de su primer gran éxito taquillero con Selena, y para su siguiente película al lado de George Clooney, su cheque salía por 5 millones de dólares. Sus próximos planes incluían lanzarse como cantante y en 1998 firma como artista exclusiva de Sony Music; sus discos han alanzado ventas por encima de los 70 millones de copias y sus canciones han sido número 1. Para el año 2001 ya cobraba 12 y después 15 millones de dólares por película, para terminar cotizándose por encima de los 20 millones de dólares convirtiéndose junto con Julia Roberts en las actrices mejor pagadas en toda la historia del cine. Esta es Jlo, la mujer incansable que cada proyecto lo convierte en éxito; es una artista completa. Es empresaria, productora, compositora, activista social y madre. La chica que en las circunstancias en las que le tocó crecer, encontró sus sueños y también sus más grandes oportunidades y para la que no hay imposibles. Recién la vimos brillar y lucir espléndida en la final de American Idol y pudimos apreciar que esta historia aún tiene mucho por escribir… la próxima vez que alguien te diga que no se puede, recuerda que una chica del Bronx es hoy día la figura femenina más célebre y poderosa del mundo del entretenimiento.
