Redacción
El mundo de la música está de luto por la partida de uno de sus más grandes íconos. Este viernes, a los 96 años de edad, falleció Anthony Dominick Benedetto, mundialmente conocido como Tony Bennett. La triste noticia fue confirmada por su publicista de toda la vida, Sylvia Weiner, quien compartió que el cantante murió en la ciudad de Nueva York, lugar donde nació.
Bennett dejó un importante legado en la industria musical, siendo famoso por interpretar clásicos como «I Left My Heart in San Francisco» y «Fly Me to the Moon». A lo largo de su carrera, ganó 19 premios Grammy y dos premios Emmy, además de destacar como actor en producciones como «Todo poderoso» y «Los Simpson».
El camino artístico de Bennett comenzó en su adolescencia cuando trabajaba como cantante-mesero en un restaurante de Nueva York. A los 15 años, ya había decidido que la música sería su vocación de por vida. En 1946, dio su primer concierto en el club nocturno Shangri-La y, tres años después, el célebre Bob Hope lo escuchó en Greenwich Village y le sugirió cambiar su nombre artístico a algo más simple, naciendo así Tony Bennett.
Su estrellato se consolidó en la década de los 50 y 60 con éxitos como «Because of You» y «Rags to Riches». Sin embargo, fue su interpretación de «I Left My Heart in San Francisco» la que lo llevó a la fama mundial y le valió premios Grammy en las categorías de mejor disco y mejor interpretación vocal masculina.
A pesar de su avanzada edad, Bennett continuó activo en la música y en 2021, a pesar de su diagnóstico de Alzheimer en 2016, ofreció dos conmovedores conciertos junto a Lady Gaga en Nueva York. La enfermedad no lo detuvo y su talento seguía conmoviendo al público, manteniendo su deseo de entretener y hacer que las personas se sintieran bien al escuchar su música.
Su legado trascendió más allá de la música. San Francisco, ciudad que inmortalizó en su famosa canción, honró al artista en 2016 con una estatua en su honor frente al Hotel Fairmont, lugar donde cantó por primera vez su icónica melodía en 1961.
La voz de Tony Bennett se apagó, pero su influencia perdurará en la memoria de sus seguidores y en la historia de la música. Su capacidad para emocionar a las personas con su autenticidad y sentido del humor deja un legado imborrable. El mundo lamenta la pérdida de este ícono, pero su música continuará siendo eterna. Descanse en paz, Tony Bennett.
