Redacción
El Departamento de Justicia de los Estados Unidos anunció la presentación de cargos contra el Cártel de Sinaloa y la facción de los “Chapitos”. Los nuevos cargos residen en el Distrito Sur de Nueva York, Distrito Norte de Illinois y Distrito de Columbia, contra varios líderes de lo que las autoridades estadounidenses denominaron como una “organización transnacional de tráfico de drogas”. De acuerdo con el fiscal general Merrick Garland, esta decisión forma parte de la estrategia nacional para proteger a las familias y las comunidades de la epidemia de fentanilo, la cual ha provocado miles de muertos en la Unión Americana.
Las acusaciones están dirigidas a 28 presuntos delincuentes, incluyendo a los tres hijos del famoso narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán, conocidos como los Chapitos. Los hermanos Iván Archivaldo, Jesús Alfredo y Ovidio Guzmán Salazar, se han ganado la reputación de ser la facción más violenta y agresiva del cartel. Junto con sus cómplices, los Chapitos están acusados de montar operaciones para inundar Estados Unidos con fentanilo con el fin de abastecer a las “calles llenas de drogadictos”.
La Administración de Control de Drogas (DEA) asegura que con estas acciones se envía un mensaje claro contra los “Chapitos” y el grupo de Sinaloa de que el país no escatimará esfuerzos para frenar el tráfico de drogas. La DEA y sus socios en la aplicación de la ley han decidido actuar de forma proactiva contra la red delictiva más responsable del fentanilo que inunda las comunidades. Analizan sus datos y la respuesta está clara. La mayor parte del fentanilo que circula en Estados Unidos procede del Cártel de Sinaloa.
Los cargos presentados este viernes se acusan de diferentes delitos de tráfico de fentanilo y de armas y de blanqueo de dinero, entre otros, a los Chapitos, a los principales lugartenientes y dirigentes del cartel de Sinaloa; a los presuntos fabricantes y distribuidores del fentanilo; a los directores de su violento aparato de seguridad armada; a los sofisticados blanqueadores de dinero que repatrían a México las ganancias del cártel de Sinaloa procedentes de la droga; y a múltiples proveedores de precursores químicos en China para fabricar el fentanilo.
El Departamento de Justicia pide penas de cadena perpetua para todos los acusados. Sin embargo, para los seis líderes del cartel más destacado reclama que sean no revisables. Los autos de acusación también imputan a ciudadanos chinos y guatemaltecos acusados de suministrar los precursores químicos necesarios para fabricar fentanilo.
El Cártel de Sinaloa es uno de los más poderosos del mundo y es en gran parte responsable de la fabricación e importación de fentanilo para su distribución. La DEA incautó más de 57 millones de pastillas con fentanilo y unos 6.000 kilos de fentanilo en polvo, el equivalente a aproximadamente.
