A propósito de la conmemoración del Día internacional de la No Violencia, la legisladora mexiquense explicó en entrevista que resulta de primera importancia reflexionar sobre el tema de la violencia contra las mujeres, especialmente desde el ámbito de la salud; el objetivo es que debemos transitar –precisó- hacia una trasformación sistémica y multisectorial del Sistema de Salud, pero, orientado al respeto de los derechos de las mujeres.
En el marco de la jornada sobre Salud y Violencia contra las mujeres, llevada a cabo en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, dijo que desde el legislativo se ha venido fortaleciendo el trabajo de las diferentes instancias e instituciones competentes en la materia, presentado y apoyado diversas propuestas que buscan fortalecer los planteamientos en los que se coincide.
Por ejemplo –precisó-, el Instituto Nacional de las Mujeres ha reconocido que la salud de las mujeres es un proceso integral relacionado esencialmente con su condición de mujer.
El asunto de la salud para la mujer tiene que ver sí con su función reproductora, pero también con otras situaciones sociales y económicas totalmente trascendentes como el entorno en el que se desarrolla, por supuesto que su condición de mujer rural o urbana interviene y en muchos casos la determina, abundó Barrera Tapia.
Otros aspectos que podemos mencionar son las características socioeconómicas del grupo familiar en el que se desarrolla y determinantemente su nivel de escolaridad.
La Organización Mundial de la Salud señala en el mundo existen 150 millones de personas que cada año se encuentran en una situación financiera adversa y 100 millones viven por debajo del umbral de pobreza para gastar en atención médica, refirió la senadora.
También, mencionó que la Organización de las Naciones Unidas estima que 16 millones de jóvenes de entre 15 y 19 años y un millón de niñas menores de 15 años dan a luz cada año. Situación que agrava el estado de vulnerabilidad de las mujeres, alertó.
Y es que el de la salud, es uno de los derechos humanos reconocidos por los instrumentos jurídicos y una preocupación permanente de los Estados.
Y no solo conlleva –enfatizó la también integrante de la Comisión de Salud en el Senado-, que no contemos con enfermedades como comúnmente se considera, sino que también este derecho incluye contar con instituciones de salud accesible, eficaces, con calidad y dignidad, así como políticas públicas que prevengan las enfermedades. Ante esto, el derecho a la salud de las mujeres se encuentra en una situación de desigualdad con respecto a los hombres. La falta de atención médica o la realización de prácticas nocivas por el personal de salud contra las mujeres limita el ejercicio de este derecho, aunado a los actos de discriminación y violencia contra las mujeres que se suscitan, concluyó.
