POR Alelhi RODRÍGUEZ
La producción del dulce de Alfeñique también fue víctima del COVID-19.
Un mal sabor de boca deja el 2020, para quienes se dedican a elaborar lo empalagoso, para la temporada de Día de Muertos.
Fabián, oriundo de Mexicaltzingo, dedicado a elaborar el dulce desde hace 15 años, asegura que es un año histórico para la economía mexiquense, del país y el mundo.
El trabajo mermó a un 50 por ciento. En el taller familiar que lidera don Fabián pensaron, incluso, en no producir para este año.
Es un artesano que distribuye su trabajo a municipios circunvecinos como Toluca, Metepec, Santiago Tianguistenco, Lerma, Ocoyoacac y a la Ciudad de México.
Su producción es en mayoreo, él surte a negocios, que revenden su producto que da color y sabor a los altares que por tradición mexicana colocan las familias a los fieles difuntos, desde octubre.
Borregos, ataúdes, calaveras, casitas de distintos tamaños y diseños elabora de forma artesanal, que oferta desde los 30 a los 300 pesos.
Para este año, solo la mitad de sus clientes de los municipios mencionados, solicitaron de su producto, lo que afectó considerablemente su economía.
Pero a pesar de las adversidades ellos se mantienen de pie, invitan a la población a no dejar de lado las tradiciones que identifican al país y apoyar al comercio local, que depende de esta temporada.