REDACCIÓN
Una nueva investigación del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) reveló que la contaminación del aire en ciudades de China, puede contribuir a los bajos niveles de felicidad en la población urbana de ese país.
El estudio descubrió que los estados de ánimo expresados en las redes sociales tienden a disminuir cuando esa situación empeora.
El artículo publicado en la revista Nature Human Behavior, muestra que los niveles más altos de polución se asocian a una baja en los niveles de felicidad de las personas.
De acuerdo con el MIT, a pesar de que China registra una tasa de crecimiento económico anual del 8 por ciento, los niveles de satisfacción entre la población urbana de esa nación no aumentan conforme a lo esperado.
Esa condición ambiental, además de ser perjudicial para la salud, rendimiento cognitivo, productividad laboral y resultados educativos, tiene un impacto más amplio en la vida social, así como en el comportamiento de las personas, indicó la líder de la investigación, Siqi Zheng.
“La contaminación también tiene un costo emocional. Las personas son infelices, y eso significa que pueden tomar decisiones irracionales”, dijo Zheng.
En ese sentido, mencionó la especialista, se ha demostrado que en días con mala calidad del aire, las personas tienen mayor probabilidad de realizar conductas impulsivas y riesgosas, como posible resultado de la depresión, y ansiedad a corto plazo.
Para el desarrollo del estudio, los investigadores usaron datos en tiempo real de las redes sociales, a fin de rastrear cómo los cambios en los niveles diarios de polución afectan la felicidad de las personas en 144 ciudades chinas.
También emplearon información sobre los niveles urbanos de partículas ultrafinas (concentración de PM 2.5) de las lecturas diarias de calidad del aire publicadas por el Ministerio de Protección Ambiental de China.
“Las redes sociales ofrecen una medida en tiempo real de los niveles de felicidad de las personas y también proporcionan una gran cantidad de datos en muchas ciudades diferentes”, afirmó Zheng.
En la medición de felicidad, el equipo usó un algoritmo de aprendizaje automático para analizar 210 millones de tweets etiquetados de forma geográfica de la plataforma de microblogging más grande de China, Sina Weibo.
Para medir el sentimiento de cada tweet, los expertos aplicaron el algoritmo de análisis de sentimiento entrenado en la máquina. Luego calcularon el valor de la mediana para esa urbe y día.
Los científicos fusionaron el índice con la concentración diaria de PM2.5 y los datos del clima, en los que hallaron una correlación negativa entre la contaminación y los niveles de felicidad.
Además, de que las mujeres eran más sensibles a los niveles altos de polución que los hombres, al igual que quienes tenían ingresos más altos.
Los resultados arrojaron que las personas de las ciudades más limpias y muy sucias eran las más afectadas por los niveles de contaminación.