Redacción
El Servicio Sismológico Nacional (SSN) reportó un sismo de magnitud 5.2 registrado durante la tarde del 26 de septiembre, poco después de que ocurrieran varios microsismos en la Ciudad de México. El epicentro de este temblor se localizó a 40 kilómetros al sur de Ciudad Altamirano, en el estado de Guerrero, con una profundidad de 15 kilómetros.
Dicha entidad es conocida por su alta actividad sísmica debido a la interacción entre la placa de Cocos y la placa de Norteamérica, lo que genera movimientos telúricos que se perciben en diversas regiones del país, incluyendo el centro.
La Ciudad de México sintió los efectos del sismo, lo que activó la alerta sísmica en algunas alcaldías como Benito Juárez, Álvaro Obregón y Miguel Hidalgo. Sin embargo, habitantes de otras demarcaciones, como Venustiano Carranza, Gustavo A. Madero y Azcapotzalco, informaron que las alarmas no se activaron en sus zonas.
Minutos después del sismo, la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil (SGIRPC) y la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) desplegaron los protocolos correspondientes. Hasta las 13:30 horas, las autoridades confirmaron que no se reportaron daños significativos en la capital y que el saldo era blanco.
En un evento separado, el SSN también informó de otro sismo de magnitud 4.4, registrado a 54 kilómetros al sureste de Sayula de Alemán, Veracruz, a las 13:03 horas.
Este segundo sismo ocurrió a una profundidad de 145 kilómetros. Aunque la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC) señaló que no hubo afectaciones en Guerrero, el monitoreo sigue activo como medida de prevención.
