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A mi manerA

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Miguel Ángel Osorio Chong.Luz al final del túnel.

Por Julio A. AGUIRRE

* Políticos y «guardametas».
* Osorio Chong, ¡qué levantón!
* «Esto no se acaba hasta que se acaba».

Cada quien es responsable de lo que le sucede y tiene el poder de decidir lo que quiere ser. Lo que eres hoy día es el resultado de tus actos pasados. Lo que serás mañana es el resultado de tus actos de hoy. Swami Vivekananda.

    Se dice que en el futbol la profesión más ingrata es la de portero, quien en mis tiempos solía utilizar el Número Uno en el suéter. El guardavalla puede tener una tarde inspiradora y con lances espectaculares salvar a su equipo de varios goles y por consecuencia de la derrota.  

    Ah, que no se equivoque en una sola acción y reciba el gol porque de héroe se convierte en villano; en el hombre culpable de la derrota de su club.

    Tan ingrata es la posición del portero como la de ciertos políticos. Tendrás acciones en las que se trabaje bien y aun así nunca darán gusto a la mayoría. El caso de la recaptura de Joaquín Guzmán Loera, alias «El Chapo», pone en dicha posición a varios funcionarios federales, concretamente al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.

    Antes del escape de Guzmán Loera de la prisión de «máxima seguridad», ubicada en el Estado de México, el encargado de la política interna en el país sonaba con gran fuerza para aparecer en las boletas presidenciales del 2018.

    Después de la fuga del «Chapo» la popularidad y posibilidad de Osorio Chong de ser presidente de la cima se fue a la sima.

    Seis meses después se da la detención del personaje más buscado en el mundo y vino, por arte de magia, el resurgimiento del segundo hombre más importante en el país. Los porristas podrán gritar. ¡Se ve, se siente, Osorio Chong, Presidente!

AGUANTARON

    Todo cuanto sucedió en el pasado y acontece en el momento presente volverá a repetirse en el futuro; pero de tal forma cambian los nombres y el aspecto de las cosas que quien no posee un ojo agudo, no las reconoce ni sabe sacar partido o formarse un juicio de ellas a base de tal observación. Francesco Guicciardini.

    No pocos esperaban que Osorio Chong presentara la renuncia al presidente Peña Nieto cuando Joaquín Guzmán «les pintó un cuatro» y se les escurrió por un túnel. Como de película.

    No pocos, en el caso del presidente, seguramente, se hubieran adelantado y solicitado dejar el cargo.
    Ni Osorio Chong renunció, ni Peña Nieto lo corrió.

    Aguantaron alud de críticas, cuestionamientos y burlas. Era obvio que el Presidente y su brazo derecho traían una loza encima y un compromiso gigantesco: Atrapar a Joaquín Guzmán antes de terminada la actual administración; no hacerlo significaría la «tumba política» de Osorio Chong y, posiblemente, la pérdida del poder en el país para el orgulloso Partido Revolucionario Institucional.

    Hoy, la hiel se hizo miel. Enrique Peña Nieto luce tranquilo, satisfecho, contento y orgulloso.

    Hoy, Miguel Ángel Osorio Chong se encarama en lo más alto de ser el candidato del PRI rumbo a 2018. Que eso lo sepa y reconozca el mismo Andrés Manuel López Obrador es claro ejemplo de lo que estamos señalando.

    Ciertamente, esto no se «acaba hasta que se acaba», el juego continúa y Osorio Chong está obligado de gritarle a su línea defensiva, exigirle a la media cancha y reforzar su delantera.

    Obviamente, aprendió la lección y sabe que como responsable de mantener intacta su portería, es necesario que el resto del equipo le ayude y no dejen que el enemigo se plante en el área chica y lo estén bombardeando.

    Podrá detener muchos disparos a gol, claro; también, podrá errar y eso, a estas alturas del partido, podría significar la derrota… individual y colectiva.

    Por cierto, desde nuestra perspectiva, Enrique Peña Nieto debió dejar que Miguel Ángel Osorio Chong, fuese quién anunciara la recaptura de Joaquín Guzmán. Hubiese sido el mayor de los reconocimientos, y la llave que abre la elección de «unidad» para 2018.

    Tal vez lloré o tal vez reí/ tal vez gané o tal vez perdí/ ahora sé que fui feliz y si lloré también amé, puedo seguir hasta el final… A mi manerA.

Correo electrónico;
aguirre@8columjnas.com.mx

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