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Se repliega el PRI mexiquense….

 

Hacen bien el PRI y el gobernador, Eruviel Ávila Villegas en reunirse con carácter de urgente para analizar los resultados electorales del pasado 5 de junio donde al partido no le fue muy bien en las entidades que tuvieron comicios de gobernador.

 

El sábado pasado, a puerta cerrada, el mandatario mexiquense y la cúpula tricolor, entre secretarios de gabinete y los dirigentes del Comité Directivo Estatal, líderes de cuadros y sectores, así como alcaldes, diputados locales y federales, síndicos y regidores tuvieron un encuentro privado en el auditorio Jesús Alcántara de la sede tricolor.

 

El discurso sólo tuvo una directriz: “no es tiempo de distracciones ni de aspiraciones adelantadas… es el momento de unidad, de trabajo previo, de fortalecimiento de las estructuras y de cerrar filas en torno al presidente de la república, Enrique Peña Nieto y el gobernador, Eruviel Ávila Villegas”, nada que hacer que no esté centrado en estos preceptos partidarios.

 

Y es que al mal momento por el que pasa el tricolor habrá que sumarle la decisión de los presidentes nacionales del PAN y PRD, Ricardo Anaya Cortés y Agustín Basave Benítez de impulsar -desde ahora. La alianza electoral para las elecciones de gobernador el Estado de México. Este hecho ha acelerado la reflexión y preparativos en el PRI porque hay una clara advertencia política de que puede perder el poder en la entidad.

 

El cónclave del gobernador y la élite priísta deja en clara la preocupación de su partido en el territorio mexiquense. Saben que PAN y PRD, a consta de lo que sea y subidos en el escenario electoral, están en un inmejorable panorama de competencia.

 

Por eso el llamado de Eruviel Ávila para los presidentes municipales y legisladores del PRI para evitar caer en actos de corrupción, en señalamientos o acusaciones que desaten la irritación y el desencanto social. Hoy más que nunca los priístas saben que un error, una exhibición mediática o un escándalo de ilegalidad les puede acarrear serias dificultades en las urnas del 2017.

 

Estamos a un año de los comicios del 4 de junio en los estados de México, Nayarit y Coahuila, y el PRI ha comenzado a sanarse las heridas de la pasada contienda. Los tricolores tienen entendido que de seguir perdiendo terreno en las elecciones venideras es prácticamente el desenlace de su regreso a la presidencia de la república que se concretó en el 2012. Están a tiempo de contener y frenar el “mal humor social” que se les asestó en las boletas electorales hace ocho días.

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