Oscar GLENN MORALES
* Rebasados por el tiempo.
Una indeseable e instantánea disyuntiva me ha hecho detenerme a pensar que ante la vertiginosidad con que circula la información, la proclividad a la manipulación a la que está expuesta y la incontenibilidad que le da su difusión indiscriminada vía redes sociales, no pueden las autoridades renunciar a su responsabilidad y tratar de evaluar los efectos de que se propague , -al igual incluso que las empresas periodísticas- aunque a veces se vean rebasadas o no alcancen a reaccionar con el tino deseable.
Ante el fenómeno de las llamadas “tendencias” o “trending topic” en la actualidad es latente el riesgo que una información te tome desprevenido y te ponga en condición de no saber si es mejor hablar o callar y menos cuando el deber institucional es actuar y no evadir.
Tal es el caso de lo ocurrido la mañana del martes con el fenómeno ya conocido como #Ladymamada, donde una fotografía de dos estudiantes del CETIS 116 de Acapulco, Guerrero, tendiendo sexo oral se ha propagado con efecto viral, generándose memes y comentarios despectivos en las cuentas de redes sociales de los jóvenes. Tratando de prever las afectaciones que estas imágenes podrían generar para los estudiantes involucrados la Unidad de Atención a Delitos Cibernéticos de Guerrero publicó una advertencia a la población para que “se abstengan de compartir las fotografías y videos, ya que podrían convertirse en cómplices de hechos constitutivos de delitos, ya que al tratarse personas menores de 18 años, podrían ser sujetos de investigación de acuerdo al Artículo 202 y 202 BIS del Código Penal Federal”.
Y las preguntas obligadas saltan: ¿era mejor que no dijeran nada? ¿Al pronunciarse al respecto le dieron más resonancia de la que ya por si tenía el tema? Incluso ¿llamar al análisis de este caso en este espacio y en los medios informativos, lejos de ayudar perjudica al publicitarse y motivar más morbo? ¿Deberíamos dejarlo pasar hasta que alguien sintiéndose afectado por la divulgación del hecho reclamara atención y justicia? ¿la propia advertencia con todo y que fuera fundamentada, por su dificultad de aplicación ya resultaba ociosa? ¿Quiénes son los responsables de que algo así hubiera brotado desde una institución educativa? ¿Los jóvenes deben por si asumir las consecuencias de su osadía cibernética? ¿Veremos otra especie de concurso de popularidad en redes sociales con escenas similares? ¿Hasta qué punto hemos dejado la sensatez? ¿No hay forma posible de prevenir en el ciberespacio?
Por la tarde del mismo miércoles, el Secretario de Seguridad Pública de Guerrero, Pedro Almazán Cervantes, reconoció que el comunicado de la Unidad de Atención de Delitos Cibernéticos fue inadecuado y admitió que en ocasiones toman determinaciones que no les corresponden. ¿De verdad había un protocolo de quién y cómo actuar en un caso de esta naturaleza? ¿Acaso tienen claro si esto podría realmente ser bullying cibernético o pornografía infantil? ¿Alguien esperaba que hubiera uno o un millón de detenidos por una falta como la advertida?
Estamos rebasados, individual, familiar e institucionalmente.
* PROVOCACIONES
ESCEPTICISMO: Con la aprobación en el Senado de la Ley 3de3 dentro de las reformas anticorrupción, pero sin estipular que sea obligatorio hacer públicas las declaraciones de bienes, impuestos y conflictos de intereses de los funcionarios públicos, ojalá el Consejo Ciudadano, que se debe crear para ponerla en práctica, sea tan sagaz para establecer precisamente los formatos y los datos que deben exponerse sin evasiva posible.
INSUFICIENCIA: Cuatro millones de fotomultas ya acumula el programa de límite seguro desde su entrada en operación, el Tribunal Contencioso Administrativo no se da abasto para recibir tanta inconformidad y ni las manifestaciones ciudadanas alcanzarán para que la autoridad reconsidere. En contraste, sólo cerca de 600 autos robados han sido identificados con la tecnología disponible. Dicen que no era su principal utilidad.
Agradezco comentarios en @oscarglenn y oglenn@gmail.com
