- El Rockstar, Hugo López-Gatell, en la mira para la gubernatura del Edoméx.
- Subsecretario de Salud no sólo habla de la pandemia con Andrés Manuel.
- El presidente López Obrador está molesto con el desgarriate en Morena.
- Higinio Martínez anda muy adelantado y distraído pensando en el 2023.
- El senador le canta un tiro a Enrique Vargas, pero le manda a sparrings.
POR JUAN GABRIEL GONZÁLEZ CRUZ
No es por intrigar, pero creo que este es un buen momento para decirle a algunos actores políticos de Morena en el Estado de México que van muy de prisa en sus ansias por llegar a la gubernatura en el 2023. Aun no se sientan en la mesa y ya están pidiendo el postre.
En lo colectivo, el movimiento que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador ya tiene las llaves de Lerdo 300 en la bolsa, pero en lo particular es donde algunos ilusionados pueden terminar decepcionados.
Higinio Martínez es el más visible y expresivo en sus deseos por ser el candidato a la gubernatura mexiquense, pero en su ruta parece que no cuentan u olvida las formas, estilos y sorpresas que acostumbra López Obrador a la hora de lanzar e imponer aspirantes a las gubernaturas y cualquier otro cargo público o partidario de relevancia.
Hasta ahorita todo le ha salido bien al doctor Higinio. Desde la Legislatura logró aplazar el inicio del proceso electoral del 2021, lo cual le ha permitido empujar nuevas reglas de juego bajo sus condiciones: ya redujo el número de síndicos y regidores para los próximos cabildos mexiquenses y está por emprender una Reforma del Estado con alcances a la justa electoral por la gubernatura.
Todo –parece- va viento en popa rumbo a la consolidación del proyecto político personal del senador Martínez Miranda, pero hace falta mucho más para terminar de llenarle el ojo a Andrés Manuel López Obrador.
En la lógica lopezobradorista los que se mueven no salen en la foto, esa es una máxima del presidente. Andrés Manuel es muy cuidadoso en sus estrategias, las arropa con sigilo, pero cuando se las descubren las mantiene hasta el final.
Por eso nadie debe confiarse que la lista de aspirantes morenistas a la primera magistratura mexiquense está limitada a personajes como Higinio Martínez Miranda, Horacio Duarte Olivares (actual titular de Aduanas); Yeidckol Polevnsky (secretaria General de la dirigencia nacional de Morena); o la maestra Delfina Gómez Álvarez.
Agárrense esos del GAP, porque en los últimos días en Palacio Nacional las pláticas entre el presidente López Obrador y el Subsecretario de Prevención y Promoción a la Salud, Hugo López-Gatell Ramírez, no son únicamente de temas relacionados con la pandemia del COVID-19.
En el primer círculo del mandatario nacional ven con seriedad la posibilidad de impulsar al llamado Rockstar de la 4T para la gubernatura mexiquense, cuyo domicilio actual es el municipio de Naucalpan. Los cálculos sólo dependen del impacto de las cifras del coronavirus en la imagen de López-Gatell, que aun así tiene todo el respaldo del presidente.
Si la decisión dependiera sólo de los sectores y factores del Estado de México, seguro que nadie le quitaría la candidatura al Doctor Higinio, pero no olviden que la elección de la gubernatura del Edoméx está dentro del sexenio del presidente López Obrador y todo lo que suceda en esta etapa pasará invariablemente por la definición de AMLO, esta gubernatura no será la excepción.
Peor tantito, con las últimas declaraciones del presidente López Obrador en torno al desgarriate que traen con la renovación en Morena, queda claro que el jefe político está enojado con los suyos: “Mucho pueblo para tan poco dirigente”, “No están a la altura”, “al carajo con el oportunismo”, “carecen de ideales”, “no hay dirección, hay un desbarajuste”… ¿así o más claro?
Caray, tanto que le están echando ganas los del GAP morenista, no les vaya a pasar ese clásico que reza: “nadie sabe para quién trabaja”, porque recuerden que en política “unos corretean la liebre y otros sin correr la alcanzan”.
CANCIÓN, DICHO O REFRÁN
La mejor forma de ejemplificar que varios morenistas andan distraídos, emocionados y adelantados es el mitote que traen con el dichoso debate entre Higinio Martínez Miranda y el alcalde panista de Huixquilucan, Enrique Vargas del Villar, ambos aspirantes declarados a la gubernatura. La discusión de un tema zanjado, como es la disminución del número de síndicos y regidores en los ayuntamientos mexiquenses, armó pleito político entre Morena y el PAN con sus dos figuras más representativas. Higinio retó a Enrique Vargas a debatir sobre la conveniencia de quitarle ediles a los cabildos; Vargas aceptó, pero luego Higinio le rehuyó al alcalde de Huixquilucan argumentando que en todo caso quienes deben debatir con Enrique son los alcaldes de Morena y para ello aventó al ruedo a Juan Rodolfo Sánchez, de Toluca; Gaby Gamboa, de Metepec; Elena García, de Tultitlán; y Sandra Luz Falcón, de Texcoco. Enrique Vargas dijo que él no debatirá con presidentes municipales que ocupan los últimos lugares de aceptación ciudadana y reiteró que “el tiro” es con Higinio Martínez. Higinio no sólo queda como brabucón de cantina, sino que envía mensajes verdaderamente graves en el entorno de su grupo político: 1.- Que los alcaldes son sus empleados, 2.- Que sólo tiene control sobre los cuatro presidentes antes mencionados y 3.- Que sus otros 52 alcaldes no tienen altura para debatir. En fin, en eso andan distraídos los morenistas mexiquenses mientras desde la presidencia les cocinan otro arroz.