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Trípode

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* PRI, como el ave fénix.

Por Eduardo H. LIMÓN CERVANTES

Recordamos esos años 2000 y 2006, cuando Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón remontaron en las elecciones para ganar la presidencia de México. Tras dos derrotas presidenciales consecutivas y el pronóstico de no pocos era de que el PRI desaparecería…

Las encuestas y analistas nacionales e internacionales indicaban que el PRI estaba muy cerca de convertirse en la tercera fuerza política y que era difícil que regresara a la presidencia de la República.
Después del desastre de 2006, el PRI impulsó su proceso de renovación, por un lado y desde el Legislativo, Manlio Fabio Beltrones apretaba al gobierno federal y por otro lado, Enrique Peña Nieto, gobernador del Edoméx, aglutinaba gobernadores, simpatías y militantes priístas de todo el país en torno a su proyecto, permitiendo esto que en el 2009 y de nueva cuenta, con un presidente de la República emanado de Acción Nacional, el PRI ganara la mayoría en la Cámara de Diputados y se enfilara sin obstáculos a Los Pinos en el 2012.
Desde que inició la presidencia de Peña, se vio que venía en serio, logró concretar lo que en 12 años no se había podido por falta de «oficio político» para construir «acuerdos» relacionados con las reformas educativa, energética, hacendaria y laboral, las cuales pretenden dar a nuestro país las herramientas para un desarrollo a mediano y largo plazo.
En estas elecciones de 2016, vuelven a dar por muerto al PRI, y ciudadanos y analistas señalan que está derrotado y mal parado para las elecciones presidenciales de 2018. Pero aseguro que en el 2018, el PRI desgastado, derrotado y sin rumbo, tiene el tiempo suficiente para volver a ser una opción real de gobierno.

Ha aprendido a competir, gobernar y ser oposición en la democracia. Ha ganado y perdido elecciones, pero en su competitividad electoral surgirá nuevamente la unidad y candidatos cercanos a la gente, como en aquel 2012.
En el Poder Legislativo, el PRI ha sabido construir acuerdos y ser institucional en los momentos decisivos para la nación. Es fundamental que el PRI se levante de las cenizas como el ave fénix, se modernice y encabece una agenda para garantizar las elecciones de 2018.
Construir un proyecto de futuro ,para encarar con fortaleza el competido proceso electoral presidencial venidero, seleccionando con reglas claras y transparentes al candidato que garantice la mayor competitividad electoral. ¿Quién será? Aún los dados están en el aíre.
Concluyendo, sin duda no hay mayor preocupación en el PRI, tiene tiempo para hacer los enroques pertinentes. Aún nos falta presenciar los agarrones de PRD y PAN en las tomas de decisiones en las gubernaturas ganadas; ya los estoy viendo dándose hasta con la cubeta porque unos proponen aborto libre y otros «persignados» no están de acuerdo y con ello  llegue la situación sin rumbo en aquellas entidades.

Todo apunta a que con un candidato competitivo, el Revolucionario Institucional podría retener la presidencia de la República en el 2018 y con esto se demostraría la teoría que volverá nuevamente…
Y como decía mi compadre Chón: «Recuerde compadre que lo que no me mata me fortalece».
E-mail: limon@8columnas.com.mx
Twitter: @edulimon76

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