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Trípode

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Por Eduardo H. Limón Cervantes

* El Islam no fue el único asesino.

Pocas horas después de que un hombre acribillara a balazos de madrugada a medio centenar de jóvenes en una discoteca de ambiente gay en Orlando, Florida, la comunidad LGTB clamaba en redes sociales, como un grito mudo, que en pleno siglo XXI sigue sin haber un lugar en el mundo en el que las personas gay se sientan seguras.

Ni siquiera en sus propios espacios en los que desarrollan su sentido de pertenencia. Porque en todos los continentes, cada día, hay lesbianas, homosexuales, transexuales y bisexuales que son objeto de agresiones y persecuciones por su orientación sexual.

El 28 de junio de 1970, se celebró en Manhattan la primera marcha del orgullo gay de la historia, que recorrió 51 manzanas hasta el Central Park. Hoy en día se celebra el Orgullo en ciudades de todos los continentes.

Amnistía Internacional denunció el año pasado que entre 2008 y 2014 la organización había documentado hasta 1.731 crímenes de odio contra la comunidad LGTB perpetrados en un total de 62 países. También recordaba en ese estudio que la homosexualidad sigue siendo castigada con pena de muerte en países como Afganistán, Irán, Mauritania, Pakistán, Arabia Saudí, Sudán o Yemen.

Aún quedan varias preguntas por responder sobre el tiroteo que enlutó en la madrugada del domingo la discoteca Pulse de Orlando, que dejó 50 muertos y 53 heridos. La Iglesia Católica ha calificado de «inmoral» la propuesta de Enrique Peña Nieto que permite el matrimonio de parejas del mismo sexo, decisión que fue congratulada por el gobierno como un «avance» para acabar con un «factor de discriminación».

Además se rasgaron las vestiduras católicos e iglesias cristianas cuando se comentó la posible adopción de menores por parte de parejas del mismo sexo. «Se han vulnerado los menores de edad», expresó la Conferencia Episcopal, y recordó que la adopción es una medida de protección a los niños y «nunca ha de considerarse como un derecho de los adoptantes». Es hora de recordar con mayor firmeza que nuestro referente es la Biblia.

Varón y hembra los creó, firmes por papá y mamá, pero no han comentado nada los líderes religiosos ante la masacre en Orlando, porque desde este espacio yo los acuso de ser asesinos, de ser autores intelectuales de esta ola de violencia y discriminación en contra de estos sectores de la sociedad que, también son ciudadanos y tienen los mismos derechos que todos los demás. Sin duda temen ser vistos como responsables de haber contribuido a un venenoso clima antihomosexual.

Y como decía mi compadre Chón: «Recuerde compadre que los hipócritas se ofenden por la verdad».

E-mail: limon@8columnas.com.mx
Twitter: @edulimon76

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