Gerardo GARCÍA HERNÁNDEZ
- Pese a la presencia del Ejército con Plan DN-III afectados temen actos de rapiña.
- A cuentagotas servicios de salud, agua y alimentación, según damnificados.
Pese a los esfuerzos llevados a cabo por autoridades estatales y municipales para que la inundación en San Lucas Tunco, Metepec, sea superada, alrededor de 30 familias afectadas de la calle Jagüey acusaron que la ayuda ha sido a cuenta gotas y parcial, que afirmar esto ha derivado en que sus casas aún se encuentren bajo el agua al rebasar el metro y medio de altura, adicionalmente de carecer de servicios de salud y seguridad, lo cual ha detonado -según su dicho- comiencen a rondar personas para cometer «actos de rapiña».
A casis tres días que la apertura de dos bloques en la infraestructura de Río Lerma provocara anegaciones severas, la población exige a las autoridades que no sólo les ayuden con el desalojo de sus bienes, sino que los doten de despensas, agua potable, colchonetas, botas, entre otros, para sumarse a la limpieza y cloración de la zona.
Ante el trabajo paulatino, la señora Clara Franco Valencia tomó la iniciativa de crear un censo de las casas más afectadas en la calle Jagüey para que reciban apoyo, pues lamentó que en su caso sufrió pérdidas totales de sus bienes.
«Estoy haciendo un censo para que las autoridades nos hagan caso, en la calle Jagüey son pérdidas totales (…) en la calle Insurgentes dieron botas, despensas y todo. Aquí nada, allá hay patrullas y bomberos, pero aquí no. Las despensas se las llevaron a personas que no fueron afectadas», aseguró.
Sobre la seguridad también lamentaron que se concentre en sólo algunas calles de San Lucas Tunco y hasta la medianoche, permitiendo que comience a rondar gente extraña afuera de sus casas inundadas.
«Tenemos gente que se está aprovechando de nuestra desgracia, porque ha venido en la noche para quererse meter a las casas, son cerca de diez personas, estuvieron con lámparas».
A la par de juntar costales de arena para contener las aguas negras en la calle Jagüey, algunas familias han optado en colocar en la entrada de sus habitaciones tabiques con cemento, pues se dicen preocupados que nuevamente se desborde el Río Lerma.
Así mismo han improvisado un sistema de bombeo para que ya no duerman bajo aguas negras.
«A nosotros nos dicen que ya no habrá inundaciones, pero no confiamos porque aún se encuentran estancadas las aguas negras del Río Lerma. Ahora si se llega a derrumbar los costales que pusimos toda el agua se va a venir».
En contra parte 40 familias afectadas en la calle Insurgentes de San Lucas Tunco, coincidieron en afirmar que la ayuda de los tres órdenes de gobierno ha sido pronta.
Por lo que están a la espera que el nivel del agua dentro de sus inmuebles baje para comenzar con el censo de los daños materiales y sean apoyados económicamente.
«Ha existido avance y sí nos han ayudado, sí hay seguridad toda la noche, nos han dotado de agua, despensas y comida (…) tuvimos pérdidas totales lo que buscamos ahora es que la autoridad nos ayude en esa parte», pidieron.
Como lo habían anunciado con antelación las autoridades estatales y municipales en San Lucas Tunco se mantiene el Plan DN-III con la presencia de brigadas de salud, para aplicar vacunas contra el tétanos y hepatitis, 100 elementos del Ejército, Policía estatal y municipal, así como personal de la Comisión del Agua del Estado de México (CAEM) y la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) para realizar bombeos del agua negra.
Y a la par de que los tres órdenes de gobierno instalaron un albergue, algunos pobladores abrieron uno adicional para que las personas tenga un techo donde dormir en estás horas críticas.