POR Juan Gabriel González Cruz
- Alfredo del Mazo asume papel de reconocer triunfo opositor
- Hoy viene Peña al Edomex, en corto decidirán el futuro del PRI
- Gobernador requiere aliados y leales, aunque no sean priistas
En las últimas horas ha trascendido con intenso furor la salida de Ernesto Nemer Álvarez de la dirigencia estatal del PRI; es un secreto a voces que en cuestión de días y por procesos legales de la elección se hará realidad; no hay ni cómo evitar la renuncia de Némer y colaboradores más cercamos como Efrén Rojas y Andrés Aguirre, a quienes la cúpula tricolor les adjudica, por encima del efecto AMLO, el planchazo electoral del 1 de julio.
Y por si algo le faltara a la urgencia de los dolidos priistas por tocarle la retirada a Ernesto, ayer ocurrió lo que sin duda es la solicitud “no formal” de que tome sus maletas y se vaya.
En el marco de la inauguración del Tercer Foro Internacional de Protección de Datos y Acceso a la Información, convocado por el INFOEM en la ciudad de Toluca, el gobernador Alfredo Del Mazo Maza salió al paso de la derrota priista y con el formalismo obligado habló de la victoria de Andrés Manuel López Obrador y de la mayoría opositora con la que tendrá que trabajar a partir de septiembre.
«Reconozco el triunfo del candidato ganador en la elección de Presidente de la República. El Gobierno del Estado de México trabajará de la mano del nuevo Gobierno de la República y junto con las distintas fuerzas políticas representadas en la entidad, respetando los tiempos y disposiciones legales, y privilegiando siempre el bienestar de los mexiquenses», dijo el gobernador.
Este mensaje de Alfredo del Mazo llegó cuatro días después de consumada la debacle priista, porque durante estos días el aún dirigente estatal del partido no salió dar la cara ni emitió mensaje alguno a su devastada militancia. Ernesto no se adhirió al protocolo marcado la noche del 1 de julio por el líder nacional, René Juárez Cisneros, quien fue el primero en aceptar el Revolucionario Institucional había perdido.
Si ayer Alfredo del Mazo tuvo que asumir el papel de reconocer a los ganadores y el futuro político que le depara a su gobierno, eso en el simbolismo priista implica que ya no hay líder partidario que valga, por lo tanto la remoción es un hecho y sólo habrá que ver por cuál de las puertas se va Némer Álvarez. Algo así como aquella de Vicente Fox de “comes y te vas”, para Némer fue “pierdes y te vas”.
¿Quieren un ingrediente más? Hoy viene al Estado de México el presidente Enrique Peña Nieto. Estará con el gobernador Del Mazo en Naucalpan, donde inaugurará las nuevas instalaciones de la Escuela Militar de Ingenieros. La estancia de Peña también servirá para evaluar y decidir sobre el futuro inmediato del PRI en el Estado de México, donde incluso los acuerdos de reacomodos estarán llegando al gabinete del gobierno estatal.
Posterior al evento se prevé un encuentro privado entre Peña Nieto y Del Mazo Maza, no sin antes visitar a familiares de las víctimas y heridos de las explosiones de ayer en Tultepec, que hasta el momento ha dejado un saldo de 24 muertos y 49 heridos. Atenderán agenda de gobierno, pero también política, el caso Némer es insoslayable.
CANCIÓN, DICHO O REFRÁN
Un bolerito de los Tres Reyes… “La Revancha”
En este vaivén de renuncias obligadas también se han manejado con cierta efusividad nombres de posibles prospectos a la dirigencia estatal del PRI. Azuzado o realmente deseado, se ha puesto en la mesa a Juan Pedro García, creador y dirigente de la agrupación política Más Fortalecimiento Partidista (+FP) que fue pilar del triunfo de Alfredo del Mazo en el 2017.
Para irritación de algunos priistas Juan Pedro cumple varios de los requisitos de quien debe ser el próximo presidente del partido en la entidad, dadas las circunstancias de oposición arrinconada que le toca jugar al PRI en la legislatura y en los municipios: Negociador, conciliado, atrabancado, perverso, pero sobre todo “delmacista”.
Juan Pedro García está que se come las uñas de tomar revancha. No olvidemos que él y su organización política fueron desplazados de un manotazo en las negociaciones y amarres de candidaturas a diputados locales y federales, así como a miembros de ayuntamientos. A varios no les estaba gustando que Juan Pedro tuviera cierto protagonismo en el gobierno estatal y en el partido. Está por demás decir quién le aventó en las narices la puerta del PRI a Juan Pedro.
En esto y para cómo se avecina la compleja gobernabilidad, Alfredo del Mazo requiere aliados y leales, sean o no priistas.
