REDACCIÓN
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) afirmó que se debe luchar contra el tsunami de desperdicios electrónicos, ya que al año se producen 50 millones de toneladas de desechos de estos artículos y si no se controla esta situación, esta cantidad podría duplicarse a 2050 y llegar a 120 millones de toneladas.
Expuso que es difícil imaginar 50 millones de toneladas, ya que su peso equivalen a toda la flota aérea comercial construida a lo largo de la historia o a cuatro mil 500 torres Eiffel, suficiente para cubrir una superficie de las dimensiones de Manhattan. “Esto corresponde a los residuos electrónicos que producimos solo en un año”, indicó.
Esta montaña de basura compuesta por pantallas, cables, chips y placas madres se alimenta de nuestro deseo de tener dispositivos electrónicos, muchos conectados a Internet.
Mencionó que actualmente superan el número de seres humanos en el planeta, y se estima que crecerán de 25,000 a 50,000 millones para 2020, lo que refleja la caída de los precios y el aumento de la demanda.
Sólo 20 por ciento de los residuos electrónicos del mundo, dijo, se reciclan formalmente, la gran mayoría, 80 por ciento, con frecuencia es quemada o termina en un vertedero.
Los trabajadores más pobres del mundo, apuntó, son los que se encargan de desmantelar o quemar las miles de toneladas de residuos electrónico. Esta actividad rudimentaria de minería urbana impacta sobre el bienestar de las personas y genera una contaminación incalculable, alertó.
Consideró que si bien la multiplicación de dispositivos electrónicos es parte del problema, también forma parte de la solución. Un mundo digital e interconectado contribuirá a acelerar el progreso hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, lo que ofrece oportunidades sin precedentes para las economías emergentes.
Si hacemos lo correcto, expuso, veremos que menos minerales preciosos, metales y recursos botados terminarán en la basura. Los beneficios para la industria y los trabajadores, así como para la salud de las personas y del medio ambiente, subrayó, pueden ser enormes, por lo tanto, es vital que adoptemos con rapidez una visión más circular en este sector.
Los argumentos económicos, abundó, son fuertes, ya que si consideramos el valor material de nuestros dispositivos fuera de uso a nivel mundial, esto equivale a 62 mil 500 millones de dólares, tres veces más que la producción de las minas de plata del mundo, según datos del Informe del Observatorio mundial de los residuos electrónicos.
Más de 120 países, precisó, tienen un PIB anual inferior al valor de nuestra creciente montaña global de residuos electrónicos.
Hizo notar que si se aprovecha este valioso recurso se verá que las emisiones de dióxido de carbono serían sustancialmente inferiores comparadas con la extracción de nuevos minerales de la corteza terrestre. “Esto tiene sentido, porque hay 100 veces más oro en una tonelada de teléfonos móviles que en una tonelada de mineral de oro”, argumentó.
Externo que prolongar la vida de los productos electrónicos y reutilizar los componentes eléctricos reporta un beneficio económico aún mayor, ya que los dispositivos en funcionamiento tienen un valor superior que los materiales que contienen.
Un sistema circular para la electrónica, en el cual los recursos no son extraídos, utilizados y desechados, sino reutilizados de otras maneras, aseveró, permite crear empleos decentes y sostenibles y mantiene más valor en la industria.
Recordó que si el plástico en los océanos fue uno de los principales desafíos ambientales del que finalmente nos percatamos en 2018, la opinión pública fluctuante podría y debería dirigirse hacia los residuos electrónicos en 2019.
Si todos contribuimos a nivel mundial, expresó, podemos crear una industria sostenible que genere menos desechos, una donde nuestros dispositivos sean reutilizados y reciclados con métodos innovadores. Esto además creará nuevas formas de empleo, actividad económica, educación y comercio, acotó.
Dio a conocer que hasta ahora 67 países han promulgado leyes para regular los residuos electrónicos que se generan. Apple, Samsung y muchas otras marcas han establecido objetivos ambiciosos para el reciclaje y la utilización de materiales reciclados y renovables.
Afirmó que es hora de desmaterializar la industria electrónica. El desarrollo de modelos de empresas “dispositivo como servicio” podría ser un camino, indicó.
Comentó que estos son una extensión de los actuales modelos de alquiler, que permiten que los consumidores tengan acceso a la tecnología más reciente sin tener que pagar altos costos iniciales.