Isabel BLANCAS
Este fin de semana nuevamente volvió el nerviosismo entre la gente que usamos automóvil porque empezó el rumor de que otra vez estaban cerrando las gasolineras por falta de producto y aunque así fue en parte, la paranoia se apoderó de muchos.
Este lunes salió a hablar el presidente de la Asociación de Distribuidores de Gasolina y Lubricantes en el Estado de México y dijo que la escasez de combustible se ha dado desde el 28 de diciembre y no ha dejado de existir así que lo único que sucedió es que por ser quincena, la demanda incrementa y la oferta -que es la misma desde hace varios días- se termina más rápido.
Lo cierto es que, a la menor señal la gente sale disparada a cargar combustible aunque tenga tres cuartos de tanque así que eso ocasiona que incremente la demanda.
Lo rojo
La escasez de combustible sigue presente y no hay para cuando se termine el problema ya que tampoco hay fecha para abrir el poliducto que trae combustible de Tula a Toluca debido a la gran amenaza que persiste de huachicoleo o de abrir tomas clandestinas para continuar con el robo de producto. La transportación de producto en pipas es muy lento y no permite que haya combustible suficiente para almacenar, es decir, así como surten, se despacha y se termina y tarda por lo menos 24 horas en volverle a llegar producto a esa estación de servicio.
Lo naranja
Los empresarios del sector gasolinero, en busca de producto han tenido que viajar a la Ciudad de México en el mejor de los casos para traer combustible pero hay quienes han viajado a Acapulco, lo que les ha ocasionado gastos extraordinarios que en cualquier momento se verán reflejados en el precio al público. También preocupa la posibilidad de cierre de estaciones de servicio pues el líder del sector asegura que trabajan al límite y ya no es posible para muchos aguantar más.
Los empleos también se ven amenazados ya que los despachadores han visto reducido su ingreso por la pérdida de consumidores ya que aunque tienen sueldos base, la propina les representaba otra entrada que ahora no tienen. Las pérdidas económicas ya son del orden de los siete mil millones de pesos y mil 750 millones más, sólo del sector gasolinero. La desesperación es tal, que Adigal ha pedido al gobierno estatal interceder y ayudarles a que Pemex o las autoridades federales ya pongan fecha o plazo para abrir el poliducto pues de otra manera no mejorará lo que se vive actualmente con el tema del combustible.