REDACCIÓN
El presidente brasileño Jair Bolsonaro aprobó hoy la celebración el próximo 31 de marzo del alzamiento militar de 1964, que depuso al gobierno del mandatario João Goulart y condujo a la instauración de un régimen castrense durante 21 años.
La aprobación de Bolsonaro incluyó el mensaje que será leído en los cuarteles y las guarniciones militares brasileñas el último día de marzo, dijo la agencia noticiosa Brasil.
«El presidente no considera el 31 de marzo de 1964 como un golpe militar», dijo este lunes el portavoz de la Presidencia de la República, Otávio Rêgo Barros, al hacer el anuncio, y puntualizó que el presidente Bolsonaro refuta el término «golpe» para clasificar el cambio de régimen en 1964.
Bolsonaro ha reivindicado antes al régimen militar y a los militares involucrados en violaciones a los derechos humanos en el combate a la guerrilla y la oposición política durante la dictadura (1964-1980).
Rego Barros dijo que Bolsonaro considera que en 1964, la sociedad, «percibiendo el peligro que el país estaba viviendo en ese momento», se unió a civiles y militares y que, «salvo mejor juicio», si eso no hubiera ocurrido, «hoy estaríamos teniendo algún tipo de gobierno aquí que no sería bueno para nadie».
El portavoz expuso que Bolsónaro ya había ordenado al Ministerio de Defensa que hiciera las «celebraciones debidas con relación al 31 de marzo de 1964».
Rêgo Barros dijo que un orden del día está preparado y recibió el aval del presidente, pero no dio detalles sobre el contenido, que debe resaltar el protagonismo de las Fuerzas Armadas en ese momento histórico del país.
Cabe a los comandantes de las guarniciones la definición del formato de esa celebración en las unidades militares. No hay previsión de ninguna celebración específica en el Palacio del Planalto, pero la fecha deberá ser observada en las unidades militares del Distrito Federal, afirmó el portavoz.
En la misma fecha, Bolsonaro estará fuera del país, en viaje oficial a Israel. Se embarcará el 30 de marzo y regresará al país el 2 de abril.
La celebración de la institución del régimen militar instalado en 1964, clasificada por los militares como «Revolución de 1964», no es novedad en los cuarteles, pero la reivindicación oficial del golpe había sido formalmente vetada en 2012 por la entonces presidente Dilma Rousseff.