Por Julio Alejandro AGUIRRE PADILLA
*José Narro, uno más y uno menos.
*E. Peña, está para concurso.
*Porfirio, el Rey del trapecio.
Nunca los cetros y coronas de los emperadores farsantes fueron de oro puro, sino de oropel y hoja de lata. Yo imagino que es bueno mandar aunque sea a un hato de ganado. Miguel de Cervantes.
Pues no, de ninguna manera cuadra el dicho “Más le queda al rico cuando empobrece, que al pobre cuando enriquece” para El Partido Revolucionario Institucional, el otrora poderoso, amo y señor del país; su avión se desplomó dramáticamente y como se sentían tan seguros no les importó llevar paracaídas…por si acaso.
Ayer este partido se daba el lujo de ir sólo con sus siglas y colores a cualquier tipo de proceso electoral. Ellos arrasaban –por las buenas o por las malas- y claro, se comían el pastel sin tener que repartir el sabroso tres leches con nadie.
La mayoría del resto de partidos políticos tocaban la puerta proponiendo una coalición electoral; se conformaban con migajas (saludos al Partido Verde). No le abrían a nadie.
Viejos militantes tuvieron que emigrar cansados de estar en la lista de espera. El PRI se daba, entonces, el lujo de dejarlos ir, confiados y soberbios en su cantidad y calidad de posibles y seguros diputados, alcaldes, gobernadores y presidentes del país.
Muy tarde se dieron cuenta que todo lo que sube más tarde que temprano baja. La caída del partido tricolor fue tan dura que los que se mantienen en sus filas andan recogiendo los pedacitos y pegándolos con Kola Loca.
No me explico, la verdad, el escándalo en el que está envuelto el partido por la renuncia de José Narro. Ciertamente a estas alturas no importa el nombre, la militancia añeja, las ambiciones y posibilidades de confianza y éxito.
En otros tiempos la huida del ex rector de la UNAM no hubiese importado a nadie, ni estarían rompiéndose las vestiduras.
Hoy sí. Son pocos los que quedan y más allá de extrañar al personaje, les duele perder un voto, por lo menos.
José Narro asume una postura de dignidad, un purista clásico que no le queda.
Diciéndose ofendido porque no es de las preferencias de los hombres fuertes del partido (Gobernadores) para ser el dirigente nacional del PRI, el señor se va con su “dignidad” a otra parte.
Es un berrinche y nada más. No pasa nada si se va, como no pasaría nada si se queda e inclusive con la promesa de ser él el siguiente mandamás nacional.
¿Por qué lo digo? Pues porque el señor Narro, que presume de muchos años de militancia calló y continuó en las filas del Revolucionario conociendo, sabiendo y seguramente apoyando el “dedo” en tantos y tantos casos y cargos, norma en todo partido político.
Otro que se va renegando porque no le cumplieron su deseo, pero que calló cuando en los pastizales tricolores las vacas estaban bastantes gordas dando leche y sus derivados para los entonces fieles y nunca interesados militantes.
Horroroso… oiga usted el ex presidente de México, el mexiquense Enrique Peña Nieto “baila” horroroso. Seguramente a él le importará poco lo que digan, pues está enamorado y un enamorado hace cualquier tipo de locuras para quedar bien con su conquista. Alguien de sus muy allegados que le recuerden que para vergüenzas ya fueron bastantes.
Sabe, pero… de visita por suelo mexiquense Porfirio Muñoz Ledo, presidente de la Cámara de Diputados federal reconoció que no existe iniciativa sobre el sistema político-electoral. “Todos –los partidos opositores a Morena- andan asustados, deberían ser políticos más serenos, no asustadizos, están criticando cosas que no existen, lo que hay es un debate”, dijo.
Porfirio sabe lo que dice y hace, sin duda. Lástima que sus amplios conocimientos se pierdan en el vacío por la desconfianza que lo acompaña desde siempre. Muñoz Ledo ha brincado de partido en partido, ya vistió todas las camisetas, lo que a la vista de la gente lo hace un personaje inseguro, convenenciero y nada confiable.
Los genios… Nuevamente quedo anonadado al ver la forma como ciertos servidores públicos trabajan. En Toluca a alguien se le ocurrió la ideota (de idea grande) de pintar las calles sin importarles los gigantescos baches existentes ¿y eso cómo para qué? ¿No es primero el uno y luego el dos?
Por favor no se les ocurra ponerle moño nuevo a zapatos viejos. ¡”Cagajo”!, diría Ricardo “El Tuca” Ferreti, director técnico de los Tigres de Nuevo León.
Tal vez lloré o tal vez reí/ tal vez gané o tal vez perdí/ ahora sé que fui feliz y si lloré también amé, puedo seguir hasta el final…A mi manerA.
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