REDACCIÓN
Expertos, historiadores e investigadores coincidieron en que la Cartilla Moral de Alfonso Reyes, escrita en 1944 a petición del entonces secretario de Educación Jaime Torres Bodet, es un texto actual y visionario para retomar valores humanísticos en la enseñanza.
En el Coloquio sobre la Cartilla Moral de Alfonso Reyes, realizado en la Cámara de Diputados, los especialistas analizaron este texto justo cuando las iglesias evangélicas iniciaron la distribución de similar documento promovido por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
El presidente de la Sociedad Mexicana de Historiografía Lingüística, Rodrigo Martínez Baracs, destacó la importancia del texto de Alfonso Reyes, del cual se hizo una adaptación por parte de José Luis Martínez, quien fue secretario particular de Jaime Torres Bodet, para que se imprimieran ocho millones ejemplares a fin de distribuirse.
El también integrante del Sistema Nacional de Investigadores apuntó que es un texto vigente porque sus propuestas responden a problemas actuales que no se han resuelto y requieren un enfoque humanista, donde se consideren los vínculos entre todos los actores y quehaceres.
Sostuvo que uno de los más polémicos preceptos es la propuesta de la moral con una visión religiosa, que es la primera crítica que se expone y “ese es el centro de la discusión de la obra”. Sin embargo, debe analizarse la propuesta de retomar los valores helenísticos clásicos para ser mejor persona y permear a la sociedad, humanidad y naturaleza.
Recordó que se consideró que Cartilla fuera complemento de la educación y se insertara en los textos educativos, incluso en los de Ciencias Sociales en el nivel superior y en una edición para niños.
José Manuel Cuéllar Moreno, filósofo e historiador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), aclaró que no se trata de “mandamientos”, sino lecciones; “tampoco son propuestas doctrinarias, ni exhorto a deberes, sino orientaciones mínimas de expresión”.
Sostuvo que la Cartilla moral de Alfonso Reyes da pautas y criterios para evaluar las acciones cotidianas de cada uno y asociarlas a la familia, la sociedad y la ecología; “los círculos concéntricos del respeto se asocian a diferentes aspectos de la vida cotidiana, por ello es un planteamiento pedagógico”.
Admitió que se le ha criticado y calificado de anacrónica, religiosa o cristiana y pidió erradicar ese prejuicio, porque supera esa visión para ofrecer propuestas helenistas de los grandes moralistas aristotélicos y postaristotélicos, de Platón y Kant.
En tanto, Frida López Rodríguez, integrante del Consejo Consultivo de Jóvenes de Cultura UNAM, aseguró que la más significativa aportación de la Cartilla es el “aprendizaje moral a través de la conciencia de uno mismo”.
Comentó que esta edición permite consultarla como guía que conduce al lector a que se responda así mismo con la tradición de pensadores clásicos y descartó que sea anacrónico; “por el contrario, es vigente y actual porque propone el ejercicio de las reglas universales, como el respeto a la vida”.