POR Pameli POPOCA
Actualmente, en el corazón del Estado de México, se está llevando a cabo la ya tradicional Feria del Alfeñique, que en años recientes se ha consolidado como el Festival cultural del alfeñique Toluca, edición 2019, un evento de talla internacional que, más que nunca, se está caracterizando por su gestión con calidad de detalle. De entre la diversa implementación de medidas para mejorar la experiencia de los asistentes al festival, resalta la aplicación en los Portales de señalamientos que permiten reconocer los accesos y salidas, así como la dirección a la que deberá circular el flujo peatonal, esto con la finalidad de procurar el orden.
La concurrencia cada año mayor de asistentes a la Feria del Alfeñique, ha provocado en ediciones pasadas, como consecuencia del desorden al andar, grandes embotellamientos que extendían innecesariamente el tiempo que se tardaba en recorrer los puestos, que entorpecían la apreciación de la belleza de la feria y que, aunque nunca pasó, podía llegar a ser un factor de peligro en caso de una calamidad. Es así que este año se instauró un nuevo sistema de señalamientos y personal con la finalidad de indicar el sentido en que se deben recorrer los Portales para facilitar la movilidad y mejorar la experiencia estética que disfrutarán los asistentes.
Sin embargo, la imposición de este sistema que a primera impresión -y considerando los problemas de años anteriores- parece una muy buena alternativa para modernizar el desarrollo del festival en general, ha presentado a lo largo de estos primeros días de la feria tanto cosas positivas como negativas. Por un lado, desde cualquier ángulo, aunque esta medida no ha solucionado el problema de raíz, sí mejora, aunque sea levemente la movilidad. Por otro lado, ha provocado caos entre los paseantes, quienes en general no esperaban estas nuevas normas, pues en general nadie está acostumbrado a que le indiquen por dónde y hacia dónde circular.
Pero, sobre todo, la forma en que se comportan los visitantes y ciudadanos que visitan o atraviesan la feria, más que una muestra de éxito o fracaso, es un mensaje que habla de la calidad de los toluqueños como sociedad. En 8 Columnas salimos a los Portales a preguntarle a las personas qué opinan sobre esta medida y el porqué no la respetan. De manera general, la respuesta giró en torno a tres argumentos: la falta de información, pues indican que no se hizo anuncio con anticipación para prepararse para esta medida; el “nada más voy aquí adelantito”; y el “¿por qué me van a decir por dónde y hacia dónde andar?”.
Con el paso de los días, los transeúntes han ignorado cada vez más esta interesante propuesta de organización, volviendo al caos habitual durante cada Feria del Alfeñique, estacionándose sobre la ciclovía en Miguel Hidalgo (problema que fue solucionado provisionalmente con vallas de seguridad, aunque ahora se estacionan sobre la vialidad), prevaleciendo una actitud individualista de “yo primero”. Será necesario darle seguimiento al desarrollo de esta medida, especialmente durante los días más concurridos del festival, para conocer hasta qué punto inciden estas reglas en nuestra comunidad y quizás sorprendernos de la civilidad de un pueblo que se jacta de estar en plena transformación.