REDACCIÓN
Música en directo, decenas de bailarines, coros de adultos y niños, y las voces de Fillipa Giordano (soprano), Anabel de la Mora (soprano) Stefano Guadagnini (contratenor), Marcello Giordano (barítono) y Gerardo Garciacano (barítono) se conjugaron para el evento especial por el décimo aniversario de la producción monumental Carmina Burana, lo anterior durante la noche de ayer martes.
A las 20:30 horas se iluminó el escenario del Auditorio Nacional, en cuyo piso, sentado de espalda al público —portando únicamente una especie de falda— apareció Valentino Zuccheti, primer bailarín del Royal Ballet de Londres, cuyos brazos primero y después todo el cuerpo, fueron moviéndose al ritmo del “Bolero» de Ravel, interpretado por la Orquesta Sinfónica Nacional dirigida por el maestro Carlos Miguel Prieto.
Tras 15 minutos de sinuosos pasos, el bailarín salió del escenario, las cortinas se cerraron y al abrirse de nuevo, la pantalla en la cual antes se proyectaba una especie de sol rojo fue reemplazada por una plataforma de la que 80 integrantes del Coro EnHarmonia Vocalis, uniformados con hábitos y capuchas blancas, entonaron “O fortuna”, pieza con la que concluyeron después de 25 temas como “Omnia sol temperat”, “Floret silva nobilis”, “Ego sum Abbas”, “Veni, veni, venias” y “Ave formosissima”.
A la par, la mayoría de los bailarines de Danza Contemporánea de Cuba ocuparon el espacio de abajo para demostrar con fuerza y coordinación las razones por las cuales son una de las instituciones dancísticas más importantes del mundo, con la coreografía de George Céspedes, al ritmo de la música de Carl Off, compositor austríaco del siglo XX, basado en poemas goliardos sobre el amor, el renacer y el gozo.
El número de bailarines en el escenario fue cambiando, pero siempre con vestuarios sencillos que contrastaban entre tonos claros y cintas negras, así como diferían la fuerza de sus brazos con la delicadeza de los giros que en el vaivén de los instrumentos cambiaban la intensidad y ritmo.
Un grupo de 30 niños del Coro Infantil Shchola Cantorum de México, con túnicas similares a las usadas por el coro mayor, también prestaron sus voces en un par de ocasiones, así como los cantantes internacionales cuya participación resultó breve, pero majestuosa, por lo que al final de la función de una hora con 20 minutos de duración fue muy aplaudida, al igual el total de los 250 artistas que conformaron la histórica presentación.