POR Pameli POPOCA
Payasos provenientes de los diferentes rincones del Estado de México se dieron cita el día de ayer en la ciudad de Toluca para celebrar junto con la ciudadanía el Día Internacional del Payaso (que se celebra en algunos países de Latinoamérica el 10 de diciembre y es el equivalente a la celebración del Clown Week en el mundo anglosajón), desfilando y haciendo lo que más disfrutan hacer: sacar sonrisas a la gente. Una fecha que, según el organizador, Frijolito Show, aprovechan para poder convivir con sus compañeros y familias.
La actividad comenzó en la Catedral de la capital mexiquense, donde fue celebrada una misa como símbolo de agradecimiento por parte de esta comunidad. Después, recibidos por las sonrisas de los transeúntes, los payasos recorrieron a modo de desfile las calles del cuadro principal de la ciudad. Acompañados por canciones infantiles desfilaron hasta llegar a la Plaza Gonzáles Arratia, donde degustaron de unos deliciosos tamales con atole, todo en una atmósfera de respeto y hermandad. Además jugaron payafútbol y más tarde gozaron unidos en un baile cena.
El arte de ser payaso ha tenido una larga historia que viene progresivamente desde las antiguas culturas china y egipcia, transformándose radicalmente con los griegos y romanos (quienes los incorporaron al teatro), luego en la Edad Media, y posteriormente tras la revolución industrial y la expansión de la cultura del circo para llegar a la actualidad donde han surgidos nuevas expresiones como el payaso urbano o el de TV por mencionar algunos aunque en general, el papel del payaso en EdoMex lo expresa muy bien Frijolito Show: “es convertirse en un personaje que ayuda a que la gente pueda tener un día agradable ante la adversidad”.
El Día del Payaso es la ocasión anual para apreciar y reconocer el trabajo artístico y social de esta comunidad, no solo por hacer reír a la gente, hacer trucos de magia o realizar bromas divertidas, sino por ser esos actores satíricos que nos ayudan a burlarnos de la cotidianidad, entregando sus vidas a un arte que en muchos lugares no es reconocido, pues pocos comprenden sobre la gran tradición y virtud del Carablanca, Augusto y Contraugusto, del Vagabundo o del Mimo. Es la ocasión para conocer el valor de nuestros payasos.