México Libre, el contrapeso inmediato para el BOA.
Preparan “Calza” para aminorar efectos del PRI-AN.
Alejandra del Moral Vela y el “discurso chimoltrufio”.
Manuel Palma saca las papas de la lumbre en COVID-19.
POR: JUAN GABRIEL GONZÁLEZ CRUZ
Ya es un hecho que el nuevo partido que encabezan el ex presidente, Felipe Calderón y su esposa, Margarita Zavala, recibirá el registro por parte del Instituto Nacional Electoral (INE) en las próximas semanas, lo cual modificará el entorno político del país y por supuesto, del Estado de México.
No es difícil sostener que el tiro político de México Libre va – ahora con más razón- dedicado al pretendido Bloque Amplio Opositor (BOA) que los dirigentes del PAN y PRI soltaron esta semana con el amago de llevarlo a las urnas del 2021. Dicen que para que la cuña apriete tiene que ser del mismo palo… Para un BOA una “calza” (Calderón-Zavala).
A propósito del proyecto de Felipe Calderón y Margarita Zavala, ayer tuve una plática con quienes serán el Presidente y la Secretaria General de México Libre en el Estado de México: Juan Pablo Salazar y Elisa Quijada, de los personajes más cercanos a la ex pareja presidencial.
En la charla virtual Salazar y Quijada destacaron cinco aspectos básicos.
1.- Que de los 317 mil afiliados que tienen en el país, 40 mil son del Estado de México.
2.- Que no es su afán desfondar al PAN, pero admiten que el calderonismo aún permea en el PAN y no le cerrarán la puerta a todo aquel que se quiera sumar a México Libre.
3.- Van por impulsar a candidatos eminentemente ciudadanos para planillas de ayuntamientos y fórmulas de diputados locales y federales del Estado de México.
4.- Que la honestidad será el principal requisito para ingresar al partido de Felipe Calderón y Margarita Zavala.
5.- Que aún no se define en sus documentos básicos si abrirán espacios a líderes sociales que abanderen causas como la legalización al aborto y los matrimonios igualitarios (Bodas Gay); según, por ahora el partido está abierto a todos, afirman.
No debemos ningunear a México Libre, que al menos en el Estado de México tiene una representación derivada de la actividad política que en su momento aplicó como presidente Felipe Calderón y después, como candidata presidencial, logró mantener Margarita Zavala. Esto preocupa a muchos, especialmente a los panistas.
CANCIÓN, DICHO O REFRÁN
Como digo una cosa, digo otra…
La semana antepasada, cuando Morena, PT y Partido Verde anunciaron la alianza legislativa para defender e impulsar el proyecto del presidente, Andrés Manuel López Obrador (lo cual fue interpretado como un adelanto de la alianza electoral del 2021), la presidenta estatal del PRI, Alejandra del Moral, lanzó una crítica en Twitter al tenor siguiente: “No por mucho madrugar amanece más temprano. Hoy es tiempo de cerrar filas, para atender la pandemia y el desempleo. No es tiempo de lucimiento partidista. Con más de 19 mil muertos y 150 mil contagiados en México, los mexicanos esperan garantías de salud y empleo, no arreglos partidistas”. Sin embargo, el martes pasado y en Facebook apuntó, a propósito de la eventual alianza PRI-AN: “En política, la unión hace la fuerza. Las alianzas son importantes y deben ser valoradas en su tiempo. El #PRI impulsará alianzas programáticas en municipios y en distritos de acuerdo al sentir popular. Para #2021, las posibilidades están en la mesa”. O sea, ¿allá son malditas y aquí benditas?
Desactiva bomba de tiempo…
En el recuento de los daños pocos funcionarios públicos de los diversos órdenes de gobierno podrán presumir logros en materia de contención o mínimo impacto de la pandemia del COVID-19. El SARS-Cov-2 está pegando por igual y dudo que alguna dependencia federal, estatal o municipal pueda reportar saldo blanco de contagios y -lamentablemente- de muertes. Por supuesto que hay sectores de la administración que están más expuestos y en situación de riesgo, como el caso del sistema penitenciario. Llama la atención que después de las alarmas que se prendieron en la cárcel de Ecatepec, donde se registraron los primeros casos de coronavirus; después en Chalco donde hubo una falsa alarma que detonó en irrupción innecesaria por parte de familiares de los presos; y posteriormente en el Almoloya de Juárez, con la muerte de Guadalupe Buendía, alias La Loba, la reacción fue debidamente inmediata y eficiente. Para el nivel de sobrepoblación penitenciaria que se tiene en los 22 penales, con más de 31 mil personas privadas de su libertad, la pandemia sigue siendo una bomba de tiempo que -hasta ahora- ha sido contenida. Aplicar los protocolos internacionales de seguridad y las medidas máximas de higiene entre la población carcelaria no es un tema sencillo. Aquí bien vale la pena reconocerle el trabajo al subsecretario de Control Penitenciario, Manuel Palma Rangel, que se ha tenido que arriesgar al doble para frenar los latentes brotes de COVID-19 en un sector altamente vulnerable, tanto para los internos y custodios, como para las familias de ambos. No admitir el esfuerzo también sería inhumano.