POR Edgar ROMERO
La palabra circo, proviene del latín “circus” que se utilizada para denominar al recinto circular donde se celebraban juegos y otros espectáculos.
140 años a.C los políticos romanos idearon un plan para ganar los votos de los pobres; al regalar comida barata y entretenimiento, así se originó la frase “panem et circenses” pan y juegos del circo, que hace referencia a la estrategia mas efectiva para conseguir el poder o perpetuarse en poder.
Hoy en día, el circo es un espectáculo atractivo donde intervienen, trapecistas, malabaristas, hombres bala, magos, titiriteros, payasos, etc; pero sobre todo el circo es una puerta a la fantasía, un pasaje al entretenimiento donde todo lo imposible se hace realidad.
El caso de Emilio Lozoya ex director de PEMEX, por decir lo menos, se ha convertido en un circo de tres pistas donde se actúa simultáneamente; en la pista central que es la más visible se encuentra el manejo que da el Gobierno Federal y la Fiscalía General de la Republica a este asunto con la finalidad de permear y lograr aceptación ante la opinión publica; en la pista numero dos se encuentra el aspecto estrictamente jurídico cuyo manejo no ha sido nada acertado, pues se ha aparto del respeto a la Constitución, a los Tratados Internacionales y al ordenamiento jurídico en general; en la pista numero tres se encuentra actuando el manejo político y el agandalle electoral que pueda darse a este asunto ya que 2012 será un año de elecciones en México.
Las primeras horas del viernes 17 de julio, llego procedente de España el avión de la Fiscalía General de la Republica que traslado a Emilio Lozoya en calidad de extraditado a nuestro país, sin embargo, Lozoya no fue puesto de manera inmediata a disposición del Juez Especializado del Sistema Penal Acusatorio que lo requería y que fue quien obsequio la orden de aprehensión, por algunas horas nadie supo donde se encontraba Lozoya, ni el propio Presidente en su “mañaneras” ni el Fiscal General pudieron dar una explicación lógica y coherente del paradero del extraditado; fue hasta el día 18 de julio que el Senador Ricardo Monreal informo de manera sorpresiva que el extraditado tiene ahora la calidad de testigo colaborador; que se le aplicarán criterios de oportunidad previstos en el Código Nacional de Procedimientos Penales, que también se aplicarán medidas de protección para el “testigo extraditado” y sus colaboradores o familiares de ser necesario, que están actuando con respeto al marco normativo en un caso sin precedentes, nunca antes visto, detalló que este caso de corrupción es “emblemático” y primero en su tipo en el país, demostrando que en la administración de Andrés Manuel López Obrador no hay paso a los actos de impunidad.
“En México no hay precedente alguno, es hasta ahora que se está acudiendo a profundizar el combate a la corrupción y erradicar la impunidad. Por vez primera se actúa contra quienes se sentían intocables, y la Fiscalía que goza de autonomía constitucional, deslinda responsabilidades”.
Sin embargo, desde la perspectiva estrictamente jurídica la opinión de los especialistas es completamente distinta porque a la corrupción y a la impunidad no se les combate torciendo la ley, la Fiscalía General de la Republica inicio carpetas de investigación en contra de Emilio Lozoya, después de la integración de estas carpetas considero que se podía establecer la existencia de hechos delictuosos y la probabilidad de que él los cometió o participo en su comisión y en consecuencia solicitó la orden de aprehensión ante el Juez del Sistema Acusatorio del reclusorio norte de la Ciudad de México, para ello la fiscalía tuvo que justificar la necesidad de cautela ya que ninguno de los delitos por los que se solicito la orden se encuentran previstos dentro del catalogo del 19 Constitucional, es decir; ninguno amerita prisión preventiva oficiosa (cohecho, operaciones con recursos de procedencia ilícita y asociación delictuosa no confundir con delincuencia organizada).
Después de lograr la orden de captura, la Fiscalía General de la Republica emitió la ficha roja a interpol en 194 países, finalmente Lozoya fue capturado en España y puesto a disposición ante el Juez de la Audiencia Nacional para iniciar el proceso de extradición, al que finalmente termino allanándose, la Fiscalía General mando un avión para traer al “extraditado” a México y todo para que, en nuestro país, la Fiscalía General en base a su “autonomía” cancele de facto la orden de aprehensión, incumpla con su deber constitucional de poner de inmediato a disposición del Juez al “extraditado” obsequie, porque no se le puede llamar de otra manera criterios de oportunidad inaplicables, le cambie la calidad jurídica al extraditado a testigo colaborador y con eso ahora somos el único país que extradita testigos, hágame Usted el favor.
El próximo año será un año de elecciones para México, estarán en disputa 15 gubernaturas y se renovará la cámara de diputados 300 por mayoría relativa y 200 por representación proporcional, el caso Lozoya tendrá una repercusión en el mapa electoral, de entrada ya varios protagonistas y operadores políticos de los partidos opositores que se encontraban muy activos cuestionando y criticando al Presidente han desaparecido de la escena publica, algunos, no todos, saben que tienen cola que les pisen, el mensaje es muy claro, el poder no se comparte.
EDGAR ROMERO
Titular de la firma jurídica “Edgar Romero y Asociados S.C