POR Gerardo GARCÍA
La pólvora también ha sido apagada por la pandemia de COVID-19, y con ello los espectáculos de dotación de múltiples colores en lo alto. Los daños han sido al 100 por ciento y hoy el avance de las tecnologías con los “piromusicales” son la esperanza que no se apaga para reactivar el sector al cierre del año.
Es de mañana en San Mateo Tlalchichilpan en Almoloya de Juárez, para llegar a este punto es necesario recorrer 30 minutos en coche desde Toluca. El escenario es de tranquilidad, en el Cerro del Molcajete reina la calma, los múltiples negocios de pirotecnia no tienen actividad, los polvorines lucen vacíos, como las bodegas sin nada de material y la gente hoy busca refugio en otros trabajos.
En la familia de Salomón Fuentes Medina la pólvora corre pos sus venas desde hace tres generaciones, él es el fundador de Fuegos Artificiales, el Cerro del Molcajete, mediante el cual ha viajado al medio oriente o recorrido toda la República Mexicana, y pese a ello son víctimas colaterales del virus.
El sexagenario y dos de sus tres hijos, han recabado en su trayectoria más de 20 reconocimientos, cartas de presentación que hoy no los salvan de estar desempleados, porque desde abril cerraron su taller y hoy tienen ingresos por la venta de comida y fletes.
Desde sus instalaciones a las faldas del cerro, sus hijos Alfredo y Eduardo lanzan un grito para que las autoridades autoricen su actividad que se apagó junto el avance de la COVID-19.
Alfredo Fuentes entusiasta plantea el espectáculo de “piromusicales” como una alternativa para evitar aglomeraciones. Explica que es un sistema automatizado con programas de computación y detonados a más de dos kilómetros de distancia, incluso se puede sincronizar con música para encender más de 2 mil luces a la vez.
“Hacemos un llamado a las autoridades para que volteen hacia el sector pirotécnico, realmente es un sector que está agonizando en estos momentos, qué es lo que pedimos, no le pedimls apoyos, sino simplemente nos dejen trabajar con este tipo de espectáculos”, expresó.
Recordó que la pirotecnia siempre ha sido sinónimo de alegría en las fiestas, y recuerda a las autoridades que este espectáculo puede ser un aliento y desestrés para la población “la pirotecnia siempre ha sido sinónimo de festejo, alegría, y a todo el mundo le gusta, y más en estos tiempos los espectáculos de pirotecnia le caería muy bien a la gente”.
Su hermano, Eduardo Fuentes explicó que los piromusicales no son costosos y tiene un precio similar a los castillos, y están dispuestos a ofrecer esta experiencia que se puede ver desde los hogares sin congregar gente.
“El ver la gente con un espectáculo de pirotecnia se distrae, se desestresa de toda situación que estamos pasando, invito ver en el ámbito psicológico la gente que está pasando un espectáculo de pirotecnia cambia muchísimos la perspectiva de la gente”, afirmó.
Don Salomón Fuentes con nostalgia recuerda que los eventos en la Ciudad de México están cerrados, lo que lo ha llevado a desplazarse a Guerrero porque aquí en la entidad no hay respuesta.
Consideró que los piromusicales son la esperanza que no se apaga en su familia para tener actividades el 15 de septiembre y de ahí a diciembre, pues orgulloso presume hoy, sus nietos siguen sus pasos diseñando sus propios castillos aunque para él sería mejor que se dedicaran a otra actividad porque es un riesgo, pero insiste, traen la pólvora en las venas.