POR Leazly VILLAR
Hay una dolorosa causa social que nos duele a todas las mujeres, vivimos con miedo y desconfianza, sufrimos la violencia de género, sin importar nuestra edad, ni condición social, hace unos días muchas marcharon y alzaron la voz por todas.
Hace unos días se abarrotaron las calles, protestando para hacer oír sus demandas. Mujeres entonaron himnos feministas escritos para celebrar el día, aún luchamos contra el machismo y la violencia, todos los días desde nuestras casas, con nuestra propia familia, en el trabajo y en la sociedad.
México es un país que está viviendo una transición dolorosa por una lucha social para dignificar el valor y el respeto hacia la integridad de la mujer, el precio de esta lucha está siendo muy doloroso.
La marcha que atrajo a decenas de miles de mujeres a las calles el domingo fueron un parteaguas para México, un país que durante mucho tiempo ha sido incapaz de lidiar con el machismo arraigado y la violencia de género.
La violencia ha generado un debate nacional en torno a la violencia de género y la arraigada cultura del machismo en México que ha logrado trascender las divisiones tradicionales que caracterizan a la sociedad mexicana, altamente estratificada: edad, clase, raza y afiliación política, pero al final todos somos humanos por eso es fundamental identificar los patrones machistas mal aprendidos porque se heredan y trascienden de generación en generación.
Tenemos miedo, no queremos que queden en el olvido nuestras heridas y pérdidas humanas irreparables. Reconocer la magnitud de la creciente frustración al culpar los asesinatos, no resuelve una problemática social, que involucra al gobierno y a los ciudadanos.
Vimos abuelas caminando con sus nietas, madres y padres que perdieron a sus hijas, diciendo “ no quiero que mi hija salga un día de la casa y nunca más regrese..” caminaron jóvenes que perdieron a una entrañable amiga, familiares que perdieron a un integrante y niñas que se quedaron sin su madre.
En la marcha también asistieron funcionarios, celebridades y líderes religiosos, así como agencias de gobierno locales, estatales y federales apoyaron la medida, que fue promovida con la etiqueta #UnDíaSinNosotras.
Sin embargo hay muchos rostros ocultos con miedo a levantar la voz y defenderse, muchas niñas, jóvenes y mujeres maltratadas que viven con miedo a manifestarse por temor a perder su vida o quedarse sin nada, muchas otras se sacrifican por sus hijos, sin darse cuenta que es el mismo modelo que muy probablemente las niñas cuando sean mujeres van a sufrir y los niños cuando sean adultos podrían replicar, como modelo familiar aprendido.
Necesitamos despertar en conciencia y fortalecer los valores de nuestra sociedad, romper los patrones machistas de educación que heredamos y aprendimos desde la infancia, para que las niñas, niños jóvenes que están creciendo crezcan diferentes; aunado a lo anterior necesitamos gobiernos de mujeres y sin machismo, que realmente realicen políticas publicas y programas sociales preventivos, no solo reactivos, necesitamos gobiernos que impulsen e inviertan en la independencia económica y fortalecimiento psicológico- emocional para las mujeres, para no sufrir más pérdidas irreparables y evolucionar como humanidad.
