POR Sandra CHÁVEZ MARÍN
A inicios de año, desconocíamos la complejidad que se avecinaba, que este 2020 se convertiría tal vez en el más difícil de la historia reciente. Contener la COVID-19 se volvió prioridad, y mantenerse en casa, una forma de supervivencia. Frente a un inminente distanciamiento social, crecen de manera global, los sentimientos de duda e incertidumbre.
De manera recurrente escuchamos, leemos y sobre todo, vivimos en carne propia cómo la emergencia sanitaria condicionó y afectó áreas como la economía, la educación y las dinámicas familiares. Poco, sin embargo, y a pesar de los muchos esfuerzos por visibilizar el tema, nos hemos detenido a hacer un corte de género.
De acuerdo con la OMS, el 70% del total de las personas que trabajan en el sector sanitario y social en América Latina son mujeres, situación preocupante debido a la ya conocida «doble jornada», las mujeres en el sector de la salud arriesgan su vida, además de llegar a casa a ejercer labores domésticas que, a su vez, derivado de la actividad que realizan en su área de especialización, ponen en riesgo a su propia familia. En México, de las casi 500 mil personas que se dedican a la enfermería, el 79% son mujeres, por lo que han sido ellas quienes han estado en la primera línea de la gestión para prevenir, detectar y atender los contagios.
Según datos del Gobierno Federal, al 07 de diciembre de 2020, se han acumulado 164,196 casos de contagio por COVID en el personal de salud, lo cual implica que el 9.4% a nivel nacional se ha vertido en este sector.
Esta batalla contra un enemigo invisible y asesino, ha resultado en una enorme prueba de resiliencia y tenacidad. Hoy quiero dedicar este espacio para agradecer a todo el personal de salud. Merecen no sólo reconocimiento, sino la certeza de que nosotras y nosotros, estamos dispuestos a contribuir con su trabajo, siguiendo las recomendaciones sanitarias hasta donde nos es posible, con lo que esperamos demostrar solidaridad por el esfuerzo que realizan. Cuidarnos debe ser ahora la bandera del agradecimiento y la manifestación del deseo de verlos llegar bien a casa. Seamos empáticos, valoremos su firmeza y persistencia, nombrémoslos héroes por su talante que nunca ha estado en duda, pero, sobre todo, preservemos su vida, cuidando la nuestra.
No son sólo números, son más de 100 mil profesionales que, en el ejercicio de salvaguardar la vida de todas y todos los mexicanos, han puesto en peligro la propia y, lamentablemente, más de 2 mil, la han perdido.
Hoy, se hace fundamental reconocer, agradecer, rendir homenaje al personal de salud: hombres y mujeres médicos, enfermeras y enfermeros, personal administrativo y de limpieza, estudiantes y docentes del área de la salud que no han parado de entregarse a sí mismos a cada minuto, en cada paciente; todos han dado el triple de sí en esta emergencia sanitaria. Cada uno de ustedes ha vertido un gran esfuerzo, son quienes han hecho posible continuar la lucha por la vida y la salud de las y los mexicanos. Es nuestra responsabilidad como sociedad civil exaltar su esfuerzo y sacrificio, procurar lo que sea necesario, lo que nos corresponda, para prevenir y atender los contagios; entender que menos contagios, es más respeto por nuestro personal de salud. Hoy, nos aboca reconocer desde nuestros espacios personales el mérito de todas y todos en este año lleno de retos.
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