POR Alelhi RODRÍGUEZ
El uso de cubrebocas, desde hace casi 11 meses, ha propiciado gran contaminación en el mundo y el Estado de México no es la excepción.
Expertos a nivel internacional señalan que una mascarilla tardaría hasta 450 años en degradarse, por lo que se recomienda que al desecharlos estos no terminen en la vía pública.
Además que la Cartilla de Mejores Prácticas para la Prevención del COVID-19 en el manejo de Residuos Sólidos Urbanos, explica que tanto cubrebocas, caretas, guantes, papel sanitario y ropa de pacientes con el virus, deben tener un manejo y destino especial respecto de los residuos comunes.
Y es que los desechos que se ubican en la vía pública no se sabe si son provenientes de un enfermo COVID-19 por lo que resultan de gran riesgo para la salud de la población en general.
Diversos ayuntamientos como Toluca, Santiago Tianguistenco, Tenancingo, han invitado a la población a separar los residuos provenientes de pacientes con el virus; estos en una doble bolsa plástica, con sanitizante, para que una vez recolectadas, personal público no enfrente riesgos.
