Sororidad, empatía y ayuda, bandera de la organización liderada por mujeres
Por: Lilia González
Considerando que la gran mayoría de las mujeres privadas de la libertad son abandonadas en los Centros Penitenciarios por su pareja, padres, hermanos, hijos y demás familiares, La Cana busca ser una organización de apoyo y ayuda enfocada a empoderar a reclusas a través de talleres de capacitación, vinculación a centros laborales, asesoría legal, psicológica, salud mental, además de ser la vía para que los productos que realizan dentro de los penales sean comercializados y así obtener una remuneración económica.
Por su labor, La Cana fue galardonada con la Presea Estado de México 2021 en el rubro de la Defensa de los Derechos Humanos “José María Morelos y Pavón”.
Hoy por hoy son la empresa social que más emplea a mujeres en prisión a nivel nacional; en los últimos 6 años han brindado capacitación laboral a más de 560 mujeres; el 69% de las beneficiarias reportan haber mejorado la relación con su familia y amigos, puesto que consideran que han desarrollado habilidades para comunicarse mejor y más frecuente; y el 87% de las participantes han incrementado sus ingresos económicos.
Historia
Recientemente, la organización cumplió 6 años de labor, pues fue en 2016 cuando emprendió la ayuda a mujeres en situación de reclusión, específicamente en el penal de Barrientos, sumando posteriormente a Neza Sur.
Surgió tras un proyecto universitario, en donde tres estudiantes de Derecho de la Universidad Anáhuac tuvieron que asistir al Centro Penitenciario de Barrientos como parte de una materia para dar asesoría jurídica. “Cuando llegamos vimos la realidad en la que vivían las mujeres, escuchamos sus historias y nos dimos cuenta de las necesidades que tenían; cuando salimos quisimos hacer algo al respecto y emprendimos este proyecto”, señaló Raquel Aguirre, directora ejecutiva de La Cana.
En la actualidad, refirió que son cuatro socias las que mantienen el proyecto; tres abogadas y una psicóloga, estando hoy en día conformado el equipo de trabajo por 28 personas especializadas en diversas áreas.
Presencia
Comentó que mantiene presencia en seis centros penitenciarios: cinco en el Estado de México y uno en la Ciudad de México, entre ellos, el Penal de Chiconautla, Barrientos, Neza Sur, Neza-Bordo y Chalco.
En total, se han beneficiado a más de 560 mujeres, de las cuales, cerca de 420 corresponden a mujeres mexiquenses.
Cuentan, además, con más de 30 mujeres en el programa de seguimiento en libertad, siendo este su mayor logro puesto que han logrado mantener contacto con aquellas reclusas que han egresado de centros penitenciarios, vinculándolas a centros laborales, impartiéndoles talleres y asesoría psicológica.
Programa Integral
Su programa de trabajo para la reinserción social está orientado a seis ejes:
-Eje de capacitación laboral: en donde les enseñan un oficio como bordado, tejido, carpintería, serigrafía, macramé, logrando que quienes los tomen sean contratadas como si estuvieran en un trabajo común y corriente, comercializando sus productos hacia el exterior y otorgándoles una remuneración económica para mantenerse dentro de los penales, enseñándoles también a ser disciplinadas, trabajar en equipo, sin faltas de respeto y entregar un buen producto.
-Eje de salud mental: trabajan temas como violencia de género, adicciones, autoestima, dignidad y maternidad responsable.
-Eje de Educación, Arte, Cultura y Deporte: donde se les dan -dentro de los penales- talleres como inglés, yoga, meditación, teatro, club de lectura y oratoria.
-Eje Seguimiento en Libertad: se les imparten talleres, terapias y se les canaliza a algún trabajo para poder lograr una plena reinserción social, buscando su empoderamiento para que, una vez que salgan de los centros de reclusión, cuenten con las herramientas necesarias para ser independientes económicamente y no recaigan al círculo generador de violencia o reincidan.
-Eje de incidencia y políticas públicas: se diseñan reglamentos, manuales y participa la organización en diversos foros a nivel nacional para incidir en políticas públicas encaminadas a la reinserción social y a la población penitenciaria.
-Proyecto en Libertad: brindan asesoría jurídica a mujeres que han tenido defensas negligentes, que se les han violentado sus derechos humanos, inocentes y demás.
“Nuestra labor siempre ha sido enfocada a las mujeres porque estamos seguras y hemos comprobado que, si tú les das las herramientas suficientes a una mujer, jamás va a volver a delinquir”, sostuvo Raquel Aguirre.
Capacitación laboral
Dicho eje, dijo, surge a raíz de percatarse de que estando en reclusión todo cuesta: agua, comida, tener un espacio donde dormir, seguridad, artículos sanitarios y demás. “Nosotros pensamos en el gran porcentaje de las mujeres que son abandonadas una vez estando en los penales, por lo que no tienen en muchas ocasiones recursos para su higiene personal; entonces nosotros las ayudamos con capacitación laboral, vendemos sus productos al exterior y les pagamos su trabajo”.
Explicó que acuden una vez por semana a los centros penitenciarios para impartirles a quienes se encuentran sumadas al programa una clase de tejido o macramé, resolviéndoles dudas y, una vez hecho esto, se les recogen los productos que hayan logrado elaborar para ponerlos a la venta en línea o de manera física en diversos espacios, logrando su colocación en el mercado nacional e internacional.
“Tenemos un stock permanente de los peluches, pero podemos hacer pedidos especiales, son la verdad buenísimas en lo que hacen. Nuestro control de calidad es bastante exigente, porque lo que también queremos es darle al cliente un producto de primera. Lo que nos pidan, ellas son capaces de replicarlo”, expresó.
Impulso de la Ley de Amnistía
Por lo que respecta al Proyecto Libertad, señaló que uno de los ejes es tramitar las amnistías de mujeres reclusas que cumplen con los requisitos marcados en la Ley de Amnistía, difundiéndoles la información, ayudándoles a presentar la solicitud y recabar todos los documentos necesarios para que sean procedentes, destacando que, a la fecha, han logrado beneficiar a cinco mujeres por esa vía.
“Les estamos dando las herramientas y oportunidades que probablemente nunca tuvieron; muchas mujeres vienen de un ambiente de abandono, pobreza, abuso, violencia. Y no es que se justifique el delito, pero sí entender lo que hay que hacer para que no vuelvan a delinquir”.
Retos y objetivos
Entre los retos a corto plazo de La Cana, comentó, está el ampliar la oferta de los talleres de capacitación que brindan y replicar el esquema a otros centros penitenciarios, mientras que el objetivo a largo plazo es incorporar una Casa de Medio Camino para que las mujeres que egresan de las cárceles y no tengan a dónde llegar, puedan tener un lugar digno donde permanecer un tiempo, desarrollen actividades y cuenten con atención integral, no solo para ellas, sino también para sus hijos e hijas.