LA IMAGEN Y LA COMUNICACIÓN EN LA BATALLA MAESTRA POR EL EDOMEX
Este lunes 3 de abril Delfina Gómez Álvarez, de la coalición “Juntos hacemos historia por el Estado de México” y Alejandra del Moral Vela, de la coalición “Va por el Estado de México”, arrancó la batalla maestra por la gubernatura del #Edomex, que desde 1943 ha ocupado el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
En teoría, los procesos electorales sirven para elegir a las personas más aptas en los cargos públicos en contienda y las mejores propuestas para resolver los problemas más importantes que afectan a nuestra sociedad.
En este sentido la percepción del electorado como información que se recibe por los cinco sentidos, se procesa en el cerebro, se almacena en la memoria y provoca una reacción juega un papel determinante en las campañas electorales. Cabe señalar que dicha percepción se produce antes del día de la elección y no solamente durante la etapa de campaña.
Desde mi experiencia como Comunicador Político es que los procesos electorales solo marginalmente tienen que ver con la competencia de ideas, ya que la disputa mayor en la política hoy día es por la atención en esta época de las redes sociales y de la proyección de la imagen como parte actual del marketing político que influyan en las narrativas de reflexión del espacio público.
Debemos tener claro que las elecciones se ganan con verbos de propuestas de acción, no con adjetivos que halagan al candidato aunados a al de la imagen ya que teóricamente pueden saciar a un grupo determinado durante algunas horas, pero no funcionan bien a lo largo de la campaña, evidentemente la operación política de las estructuras partidistas en el terreno de frente a frente es fuerza básica para competir. En este sentido enfatizar la imagen será insuficiente para alcanzar el triunfo, porque los desafíos de la entidad van más allá de cualquier campaña propagandística.
En este momento tanto morena como el PRI, enfocaron sus acciones de comunicación que si bien desde mi perspectiva algo deficiente , para posicionar a sus respectivas aspirantes, ocupan esforzarse en exponer los problemas y propuestas de solución a cada uno de ellos, con el refuerzo de sus partidos y estructuras aliadas; las personas que aspiran a la gubernatura tendrán toda la presión para lograr el triunfo en donde sus equipos de campaña, así como los demás partidos de coalición influirán en el resultado para bien o para mal.
Morena tendrá la posibilidad de exponer una narrativa más abierta para señalar las fallas del gobierno, así como los rezagos que prevalecen en la entidad y plantear alternativas para gobernar al estado. Por otro lado, el PRI tiene un enorme desafío para ganar la gubernatura: elevar el nivel del debate en torno a los problemas esenciales del Estado de México y no centrarse únicamente en la descalificación de su oponente. Deberá notarse que, si gobierna una mujer, las cosas verdaderamente serán para mejorar.
Si bien el Estado de México ya hizo historia. El cambio será un hecho. Por primera vez, como entidad federativa, será gobernado por una mujer. Más allá del resultado, el cambio será por género y un triunfo para el movimiento feminista, que en la última década ha luchado por ganar espacios en entornos dominados por hombres. La competencia exclusiva entre dos mujeres podría significar la oportunidad para acreditar una nueva forma de hacer política.
