Redacción
En una reciente presentación oficial del libro «Las señoras del narco, amar en el infierno», la periodista Anabel Hernández arrojó luz las conexiones que Sergio Mayer y Galilea Montijo tuvieron con el narcotraficante Arturo Beltrán Leyva, a través de una serie de audios proporcionados por Celeste, quien fuera pareja de Beltrán Leyva.
Esta revelación surgió durante una entrevista realizada por Hernández a Celeste a principios de 2022 en Estados Unidos, donde la testigo decidió romper el pacto de silencio que rodeaba a los círculos mafiosos.
Según Celeste, en los audios presentados, ella fue testigo de la relación entre Beltrán Leyva y Galilea Montijo, afirmando haber visto a la conductora en la casa del narcotraficante. En los registros, Celeste menciona que Beltrán Leyva estaba particularmente interesado en Montijo y le proporcionaba un salario mensual de 200 mil dólares. Además, Sergio Mayer era señalado como la persona encargada de conseguir artistas para el capo, pagando 10 mil dólares por cada una que llevaba.
Hernández detalla que su investigación sobre Mayer se remonta a 2006, destacando un expediente abierto debido a la financiación que recibió para una película. A pesar de las acusaciones, Sergio Mayer ha negado contundentemente cualquier vínculo con el crimen organizado y desafió a la periodista a presentar pruebas concretas.
Celeste, la fuente de información de Hernández, buscó a la periodista para hablar sobre varias figuras públicas, incluyendo a Montijo, Mayer y Raquel Bigorra. Aseguró haberlos visto en reuniones con Arturo Beltrán Leyva y afirmó que Montijo era particularmente atractiva para el narcotraficante, recibiendo grandes sumas de dinero mensuales.
Durante la presentación del libro en la biblioteca Vasconcelos, Anabel Hernández también mencionó a Raquel Bigorra, quien, según un audio proporcionado por la hermana de un implicado, tenía una relación con un hombre relacionado con el lavado de dinero de la mafia. Este testimonio contradice la negación de Bigorra sobre su vinculación con el crimen organizado.
A pesar de las acusaciones y las amenazas de demanda por parte de algunas de las figuras públicas mencionadas en el libro, Hernández afirmó que hasta el momento no ha recibido ninguna acción legal en su contra, y subraya que, si en verdad quisieran demandarla, ya lo habrían hecho.