Lilia González
Considerando que la problemática hídrica en el Estado de México es el resultado de una combinación de factores climáticos, de gestión y de contaminación, lo que configura un panorama preocupante que demanda una respuesta urgente, la Secretaría del Agua del Estado de México ha establecido acciones inmediatas para fortalecer el sistema estatal de agua.
Son nueve acciones las contempladas: ejecutar programas y acciones de rehabilitación y relocalización de pozos y/o sus puntos de extracción; reparación de macrofugas en el Acueducto Metropolitano y el Macrocircuito; la habilitación, instalación y puesta en operación de plantas potabilizadoras; y la sustitución de tuberías de asbesto por tuberías de polietileno de alta densidad.
También se contempla la construcción de acueductos y demás infraestructura para la distribución de aguas tratadas; el rescate de lagunas, cuencas, vasos, depósitos naturales o acuíferos y la construcción de presas filtrantes para la captación de agua pluvial.
Además de la creación de una unidad de recepción de reportes ciudadanos para identificar fugas, desperdicio o uso inadecuado de agua, con el fin de dar parte a las instancias competentes en el caso de la posible comisión de un delito o falta administrativa, así como para la reparación inmediata de las fugas que se reporten, y el desarrollo de los proyectos de cambio de paradigma en la gestión del agua mediante, captación de picos de tormenta, tratamiento, pulimento en humedales, almacenamiento y disposición del agua.
Las acciones se realizarán con cargo al Presupuesto de Egresos autorizado y de conformidad con las capacidades técnicas, operativas y administrativas correspondientes a cada instancia.
Lo anterior, refiere el acuerdo, busca ayudar a hacer frente a la problemática que enfrenta la entidad en el tema de agua, puesto que el 61.3% del Estado de México, durante la gran mayoría del año en curso, ha sufrido una sequía severa, los niveles de las presas son cruciales para el almacenamiento y distribución de agua, se encuentran en mínimos históricos, y 5 de los 9 acuíferos del Estado están sobreexplotados y en veda, lo que significa que se extrae más agua de la que se recarga.