Eduardo H. Limón Cervantes
¿Quién es Donald Trump?
En un intento por remontar las encuestas desfavorables por la presidencia de EUA, Donald Trump recurrió ayer a un discurso nacionalista, rayando en lo xenófobo y haciendo unas promesas en las que sólo le faltó ponerse la suástica en el brazo derecho.
Se dirigió a los mexicanos que van a EUA buscando oportunidades de trabajo y ocupan puestos que no quieren sus connacionales. Dijo que los mexicanos traían crimen y drogas, y propuso levantar un «gran muro» en el sur, además que México tenga que pagar la construcción de dicho muro.
Señaló que en Estados Unidos lo que falta es gente rica y lo que sobran son «perdedores». Y que México no es amigo de EUA, porque mandan a su nación pura gente basura.
Un día después, señaló que no se arrepiente de sus declaraciones. El magnate inmobiliario, dueño (payaso) de la empresa luchística WWE, y estrella de reality de televisión, manifestó que no tiene dudas acerca de lo que dijo.
Sarcástico menciono:»México se está comiendo nuestro almuerzo». Dichos comentarios se incluyen a los que dijo sobre los inmigrantes de México:»traen drogas, la delincuencia, son violadores», Y no se cansó de decir muchas más estupideces que no quiero recordar. El payaso cerró su comentario diciendo: «No era mi intención ofender».
Se le olvida al imbécil que ha construido su imperio gracias a miles de trabajadores hispanos. El ahora precandidato republicano a la presidencia de EUA es un empresario que se ha caracterizado por defraudar a quienes creen en él. Es un ecocida que trata de asesinar el medio ambiente en los lugares en donde invierte.
¿Se imagina usted, amable lector, si llegara a la Casa Blanca lo que sucedería con México? Seguramente trataría de eliminar lo poco que queda de orgullo nacional.
Pero él se atreve a calificar a México y a vociferar contra los mexicanos ¿Será porque ya le tiene puesta la vista a algunos terrenos en Puerto Peñasco (acordados con el actual gobernador panista Guillermo Padrés -un día le sacaré sus trapitos al sol-). No cabe duda que el dinero nos empobrece.
Y como decía mi compadre Chón: «Recuerde compadre que el dinero rueda y a veces vuelve, pero la vida no retoña».
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