REDACCIÓN
La Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) decidió por unanimidad mantener el objetivo para la tasa de interés interbancaria a un día en un nivel de 8.25 por ciento, en línea con lo esperado por el mercado, tras dos alzas consecutivas.
En su primer anuncio de política monetaria del año, el banco central destacó que de noviembre de 2018 a enero de 2019 la inflación disminuyó de 4.72 a 4.37 por ciento, aunque el balance de riesgos respecto a su trayectoria esperada mantiene un sesgo al alza, en un entorno de marcada incertidumbre.
Explicó que decidió mantener sin cambio la tasa de referencia al considerar que la evolución reciente de la inflación y de sus principales determinantes no presentan cambios significativos respecto a las trayectorias previstas.
Asimismo, la posición cíclica de la economía ha mostrado cierto relajamiento, y que la postura de política monetaria actual es congruente con la convergencia de la inflación a su meta, expuso.
La decisión del instituto central de dejar la tasa de referencia en 8.25 por ciento, su mayor nivel en 10 años, fue similar a la acción que tomó la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos el 30 de enero pasado, cuando dejó su tasa de referencia en un rango de 2.25 a 2.50 por ciento.
En esta reunión en la que por primera vez participan como subgobernadores Gerardo Esquivel y Jonathan Heath, tras la ratificación de la Comisión Permanente a la propuesta del Presidente Andre?s Manuel Lo?pez Obrador, el Banxico apuntó que las expectativas de inflación general para 2019 y 2020 mostraron un claro deterioro en diciembre y cierta mejoría en enero.
Indicó que las correspondientes al cierre de 2019 pasaron de 3.71 por ciento en octubre a 3.89 por ciento en diciembre, y luego disminuyeron a 3.80 por ciento en enero.
Por su parte, agregó, las expectativas de inflación general para el mediano y largo plazos siguen ubicándose por encima de la meta permanente de 3.0 por ciento, en niveles alrededor de 3.50 por ciento.
En cuanto a los riesgos para la inflación, el banco central mexicano destacó la posibilidad de que la cotización de la moneda nacional se vea presionada por factores externos o internos.
Si la economía requiere un ajuste, ya sea del tipo de cambio real o en las tasas de interés de mediano y largos plazos, el Banxico contribuirá a que dichos ajustes ocurran de manera ordenada, buscando evitar efectos de segundo orden sobre la formación de precios, añadió.
El instituto central apuntó que la inflación también se podría ver afectada en caso de que se observen nuevas presiones sobre los precios de los energéticos o de los productos agropecuarios, o si se presenta un escalamiento de medidas proteccionistas y compensatorias a nivel global, o en caso de que se deterioren las finanzas públicas.
Adicionalmente, dada la magnitud de los aumentos recientes en el salario mínimo, además de su posible impacto directo, se enfrenta el riesgo de que estos propicien revisiones salariales que rebasen las ganancias en productividad y generen presiones de costos, con afectaciones en el empleo formal y en los precios, anotó.
Subrayó que para elevar de manera sostenida el poder adquisitivo de los salarios es necesario considerar el papel de otras políticas públicas, en particular, fomentar la competencia en aquellos sectores de bienes y servicios con una participación elevada en la canasta de consumo de los segmentos de la población de menores ingresos.
Además, la persistencia que ha mostrado la inflación subyacente podría dar lugar a una mayor resistencia de las expectativas de inflación de largo plazo a disminuir, alertó el Banxico.
Mencionó que como riesgos a la baja están el que se presenten menores variaciones en los precios de algunos bienes incluidos en el subíndice no subyacente, o que las condiciones de holgura se amplíen más de lo previsto.
Considerando los retos que se enfrentan para consolidar una inflación baja y estable, así como los riesgos a los que está sujeta la formación de precios, el Banco de México informó que su Junta de Gobierno tomará las acciones que se requieran.
Ello, de tal manera que la tasa de referencia sea congruente con la convergencia de la inflación general a la meta del banco central en el horizonte en el que opera la política monetaria, mencionó.
Informó que la Junta mantendrá una postura monetaria prudente y dará un seguimiento especial, en el entorno de incertidumbre prevaleciente, al traspaso potencial de las variaciones del tipo de cambio a los precios, a la posición monetaria relativa entre México y Estados Unidos.
Además, en un contexto externo en el que persisten riesgos, así como a la evolución de las condiciones de holgura en la economía.
Ante la presencia y posible persistencia de factores que, por su naturaleza, impliquen un riesgo para la inflación y sus expectativas, anticipó que la política monetaria se ajustará de manera oportuna y firme para lograr la convergencia de esta a su objetivo de 3.0 por ciento, así como para fortalecer el anclaje de las expectativas de inflación de mediano y largo plazos para que alcancen dicha meta.
Por otra parte, el instituto central comentó que el entorno actual sigue presentando importantes riesgos de mediano y largo plazos que pudieran afectar las condiciones macroeconómicas del país, su capacidad de crecimiento y el proceso de formación de precios en la economía.
En este sentido, estimó, es particularmente importante que además de seguir una política monetaria prudente y firme, se impulse la adopción de medidas que propicien un ambiente de confianza y certidumbre para la inversión, una mayor productividad y que se consoliden sosteniblemente las finanzas públicas.
En este contexto, es particularmente relevante que se cumplan las metas fiscales del Paquete Económico para 2019, y también es indispensable fortalecer el Estado de derecho y abatir la corrupción.
Comentó que en el cuarto trimestre de 2018, la actividad económica en México exhibió una desaceleración importante respecto del tercero, la cual podría continuar a inicios de 2019.
Ello en respuesta a la desaceleración de la economía global, a cierta debilidad de la demanda interna y a factores de carácter transitorio que podrían afectar al crecimiento del primer trimestre del año, incluyendo dentro de estos los asociados a la distribución de combustibles e interrupciones en vías de comunicación.
Así, se considera que las condiciones de holgura en la economía se relajaron hacia finales de 2018 e inicios de este año, y por todo ello, el Banxico estima que el balance de riesgos para el crecimiento está sesgado a la baja.