REDACCIÓN
Héctor Luis del Toro Chávez, resaltó que la cuesta de enero pone en evidencia a dos tipos de personas: las que ahorran y las que derrochan.
En entrevista para Notimex agregó que la cuesta de enero es un periodo que se caracteriza “porque las personas están sin dinero, y la razón se debe en parte al cúmulo de gastos en estas fiestas: como las posadas, Navidad, Año Nuevo y Día de Reyes”.
Añadió que comienza el año y la gente no puede hacer frente a 100 por ciento de los gastos corrientes: “como el pago anual de predial, pago anual de agua, refrendo vehicular, pago de recibos de luz y teléfono del mes, la renta de casa habitación o la hipoteca en su caso, la alimentación, la colegiatura, el transporte, entre otros más”.
El también especialista del Departamento de Métodos Cuantitativos del CUCEA mencionó que febrero es el mes en el que las personas recurren más al empeño para hacer frente a sus compromisos, “así lo reportan las casas de empeño”.
“Padecer de esta manera un inicio de año se debe a la mala educación financiera, ello obedece a que, durante el fin de año, que coincide con el periodo vacacional, nos consentimos y por ende nos dejamos llevar por las emociones, nos descontrolamos y gastamos más de lo que tenemos”, estableció.
Apuntó que lo anterior provoca que se comience el año con deudas y en muchos casos “las mismas se adquirieron con dinero prestado, prueba de ello es el uso de tarjeta de crédito”.
Destacó que la cuesta de enero “es un periodo de dificultades económicas que se vive a inicios de año, a consecuencia de los gastos extraordinarios hechos durante las fiestas decembrinas, lo que afecta a todos, pero más y en mayor medida a las clases sociales de menores ingresos”.
Señaló que en dicho periodo las tarjetas de crédito “están al tope, más que de costumbre, para muchas personas es algo tan ineludible como la misma Navidad, pero para otras, las que son previsoras, la cuesta de enero es un camino que no han recorrido”.
Precisó que las que ahorran “se preocupan siempre por dejar una reserva de dinero para imprevistos, ya sea urgencias médicas, el pago de algún imprevisto en casa, algún gasto mecánico, ayuda a familiares, y adicionalmente siempre destinan un poco más de dinero para llegar holgados a la quincena siguiente”.
Del Toro Chávez manifestó que, por otro lado, “están las personas que derrochan, quienes sólo se preocupan por usar su dinero sin limitaciones y sin medida”.
Apuntó que, incluso, la cuesta de enero podría anticiparse, debido a los gastos producto del llamado El Buen Fin y a la cercanía de las temporadas decembrinas.
“La cuesta de enero ya empieza meses atrás con las llamadas preventas navideñas y para Reyes Magos, las ventas de paquetes vacacionales para pasar fin de año fuera de casa”, comentó.
Dijo que, en muchas ocasiones, “se cae en asuntos de mercadotecnia porque nos dicen que evitemos aglomeraciones, tráfico, perder el tiempo, que hay que prever los regalos y dedicarle tiempo a elegirlos con cuidado, pero esto a final de cuentas es una invitación a que se efectúen gastos que después nos van a ocasionar bastantes problemas”.
Explicó que en diciembre “nos llega un recurso de manera acumulada, que no lo tenemos en otros meses del año, como recibir el pago del mes completo, el aguinaldo, el fondo de ahorro o la caja de ahorro, y ese ingreso nos hace pensar que somos los amos del mundo y actuamos sin ton ni son, cuando tenemos que cuidar ese recurso y buscar la mejor forma de enfrentar esta situación para salir lo mejor librados”.
El experto comentó que durante estas fiestas decembrinas se promueve el mensaje de “trabaja y gasta, en lugar de trabajar y ahorrar”.
Apuntó que El Buen Fin sólo ocasiona consumir artículos innecesarios a través del dinero plástico (tarjetas) “y en los próximos meses se ven los resultados, nos ocasiona dolores de cabeza no sólo a deudores sino incluso a banqueros porque no podrán hacer efectivos los cobros ante la imposibilidad del pago del consumidor”.
“Se trata de un problema que es muy tradicional y que no es propiamente del mes de enero, sino en muchas ocasiones inicia meses antes con una serie de gastos que son motivados por las promociones argumentadas desde la estructura mercadotécnica de muchas casas de venta”, insistió.
Del Toro Chávez afirmó que enero puede ser un mes como cualquier otro “si así lo decidimos, la clave está en administrar con inteligencia los recursos recibidos”.
Indicó que para tratar de paliar este tipo de situaciones “habrá que tomar en consideración que si usamos tarjetas de crédito tenemos que actuar de manera ordenada y planeada”.
“La tarjeta nos permite financiarnos hasta 50 días sin pagar intereses, pero eso implica pagar las deudas totales antes de las fechas de vencimiento, no quiere decir que sea un recurso para quienes tienen más dinero sino para quienes son más responsables con el manejo de crédito”, dijo.
Destacó que está “el asunto de la tentación de los meses sin intereses, pero debe usarse este esquema para comprar bienes duraderos cuyos beneficios se prolonguen más allá de las deudas, ya que no tiene sentido pagar durante 12, 18 o hasta más meses los artículos que no van a durar más de tres meses, por ejemplo”.
Subrayó que hay que ser muy claros en que no se participe en todos los intercambios a los que se les invite, “ya que esto va a implicar gastos, y por supuesto desembolsos”.
Por ello, recomendó hacer un presupuesto antes de efectuar gastos, “ya que si recibimos el aguinaldo puede pensarse que tenemos una sensación de poder, de disponibilidad económica y ante el bombardeo publicitario hay el riesgo de gastarlo”.
De esta forma, aconsejó calcular la capacidad de endeudamiento, “hay que cuidar que la cantidad que se tenga que pagar mensualmente para cubrir las deudas no sea más allá de 30% del ingreso mensual, es decir del dinero que efectivamente recibimos y tenemos disponible”.
El especialista financiero propuso liquidar deudas y el no contraerlas, “es conveniente pagar deudas a las que les falte poco por liquidarse totalmente o aquellas que sean no muy costosas”.
Explicó que pagar el mínimo de las tarjetas de crédito “es un problema, es una pérdida que alargará la deuda por mucho tiempo y por supuesto la cantidad de impuestos por pagar”.
“Habrá que considerar que se puede cambiar de acreedor si es que ya se tienen deudas contraídas, ya que esto puede implicar intereses muy elevados, es aconsejable se liquide esa deuda o en su caso cambiar de acreedor por otro que permita tener ese adeudo en mejores condiciones”.
Señaló que se debe reservar una parte del aguinaldo “para el arranque del año, pues en esta época suelen presentarse imprevistos, y si se piensa pedir algún préstamo pues hay que enfrentar los compromisos comparando opciones, ya sea con algunos bancos, con algunas casas comerciales o algunas casas de empeño”.
“También habrá que ver que esas negociaciones estén registradas ante Profeco y no hacer operaciones en lo oscurito o por afuerita, que nos vayan a traer problemas en forma posterior”, apuntó.