Carlos de la Peña Jiménez O Farrill
Hablar de gobiernos digitales en el mundo es una gran necesidad, hoy por hoy no podemos hablar de trasparencia y de combate a la corrupción sin un sistema integral de gobierno digital.
Durante muchos años una de las principales características de los gobiernos municipales es la opacidad del manejo de los recursos públicos, no contamos con la suficiente transparencia; son el primer contacto ciudadano, son los únicos con territorio propio y son los responsables directos, en la medida de sus facultades, de impulsar cambios sustanciales para la mejora en la calidad de vida de sus comunidades. El gobierno ya no debe trabajar solo, es necesario que haga mancuerna con la sociedad y las empresas, partiendo del principio que la mejor acción de gobierno es la que se desprende del trabajo conjunto de estos tres sectores.
La modernización administrativa en nuestro país, desde hace algunos años, es un asunto de suma importancia, este año 2020, es un tema que debemos desarrollar de manera seria y profesional, así como la IP se está adaptando a la nueva forma de hacer negocios, promoción etc, de igual manera los gobiernos municipales deben adaptarse a esta realidad; una de las acciones preponderantes para este objetivo es el desarrollo real, eficaz y eficiente de plataformas que brinden al ciudadano, seguridad, transparencia y racionalidad del gasto público.
“El gobierno digital representa una oportunidad para incrementar el bienestar de los ciudadanos fortaleciendo la confianza pública a partir de un Estado que cada vez es más cercano e inteligente”, así lo refiere el Instituto Ortega Gasset.
Sabemos que se han realizado muchos esfuerzos para avanzar en el e-gobierno, existen diversos programas y plataformas que nos ayudan con trámites, información, expedición de actas, certificados, entre otras acciones. Pero ¿es suficiente?, ¿sentimos que esas acciones de gobierno digital son suficientes?, ¿transparenta el ejercicio de gasto público?
Imaginemos un gobierno digital de calidad, donde podamos consultar la hacienda municipal, a quién se le paga, por qué concepto, calidad de los productos; o bien sea público el calendario de actividades de las áreas de Ayuntamiento, como se llama nuestro policía de barrio, en que rutina y frecuencia se va a desazolvar la coladera que está frente a nuestra casa o a que hora y que día pasarán por la basura a nuestro domicilio; esos sistemas ya están creados, existen, imaginemos que podamos saber cuál es el presupuesto que se invierte en mantenimiento de mi calle, de mi colonia, cuánto se paga de alumbrado público. Un gobierno digital es una opción para transparentar el gasto público, busca erradicar la corrupción y nos da certidumbre a los habitantes del municipio.
Las y los ciudadanos tenemos el derecho de solicitar información de cualquier índole a nuestras autoridades, sin embargo, los reportes que emiten son sesgados y están, en gran medida, incompletos.
En México existen muy buenos ejemplos de gobiernos digitales exitosos, el Ayuntamiento de Mérida, el de Boca del Rio, el de León, entre otros, llevan mas de 15 años invirtiendo en desarrollo tecnológico, ¿porqué no les pedimos asesoría?, ya lo hicieron, les garantizo que fracasaron en muchas ocasiones, pero hoy por hoy les da resultado. Es un error garrafal el pretender llegar a un Ayuntamiento a querer reinventar todo. Pero, si ya tenemos casos de éxito. Vamos por ellos, sumemos ideas y experiencias.
Concluyo con lo siguiente, un gobierno digital es necesario, pagamos impuestos, nos merecemos saber y tener claridad en que se gastan nuestros recursos, sin simulaciones, con acciones de raíz, merecemos un gobierno ciudadano facilitador, un gobierno que sepa bajar la guardia y busque crear políticas publicas basadas en las necesidades reales, no en ocurrencias, necesitamos trabajar juntos, sociedad, empresas y gobierno, solo así podemos avanzar. Juntos podemos llegar a una gobernanza municipal, donde tengamos un desarrollo social, político y económico de largo alcance.
