REDACCIÓN
Especialistas del Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios (ISSEMyM) practicaron novedosa técnica de cirugía torácica, gracias a la cual Guadalupe Armenta Villegas, de 81 años de edad, pensionista, madre de tres hijas y abuela de siete nietos, tuvo una segunda oportunidad de vida.
“Me dijo el doctor que fue unir mis costillas así, y que ese proceso, no sé si es algún pegamento, que cosa es, que nada más lo tenía el ISSEMyM, nada más, a nivel nacional”, expresó Guadalupe, quien a la fecha está totalmente recuperada.
El Jefe del Departamento de Neumología y Cirugía de Tórax del Centro Médico Toluca, Miguel Martínez Arias, explicó que la señora Lupita llegó a Urgencias de este hospital con cinco costillas rotas, de la cuarta a la octava, y un sangrado interno que ponía en peligro su vida, por lo que optaron por intervenirla quirúrgicamente con la técnica Martínez Arias Rib Fixation (MARF).
“Ésta es una técnica innovadora, la creamos aquí en ISSEMyM, y a través de programas de capacitación la hemos llevado a diferentes estados de la República e incluso a Europa”, comentó el galeno.
Al respecto, Guadalupe Armenta relató que “no sé ni cómo pasó, me caí de mi cama, recuerdo que estaba medio dormida y cuando vi ya estaba en el piso. Batallé mucho para poder levantarme, pero fue tanto el dolor que no lo pude hacer, mi yerno y mi nieto llegaron a casa y escucharon mis quejas y me llevaron al ISSEMyM”.
Los médicos le realizaron a la paciente un estudio en tercera dimensión con una reconstrucción de la pared torácica, que permite evaluar el sitio específico donde están las fracturas.
“Fue un caso muy complejo, ya que por la edad existe un deterioro generalizado de estructuras, de la función cardiaca, respiratoria y la respuesta al estrés es diferente y por lo tanto representaba un gran reto”, afirmó Martínez Arias.
Agregó que el procedimiento empleado para fijar los arcos costales se realiza combinando estrategias de anestesiología y habilidades quirúrgicas, para que a través de pequeñas incisiones de entre dos y tres centímetros, los médicos puedan maniobrar al interior de la cavidad torácica y lograr la fijación de la estructura ósea.
El galeno explicó que los pacientes operados con esta técnica tardan un máximo de 48 horas en su recuperación y aunque éste era un caso delicado, al día siguiente la señora Guadalupe ya tenía movilidad en los miembros superiores y sólo se quedó unos días en observación. Actualmente ella está totalmente reactivada en su vida cotidiana.
“La evolución de ella fue formidable, a sus 81 años al día siguiente ya se encontraba en una rehabilitación total, esto quiere decir que se sentó en el reposet, estuvo caminando, volvía a levantar los brazos, cuestiones que antes de acudir con nosotros no podía realizar por el dolor y por la restricción que tenía en la pared torácica. Ella fue dada de alta mucho más temprano que otros pacientes que normalmente tienden a operarse con heridas mayores o con procedimiento de anestesia general de otro tipo; en un mes, aproximadamente, regresó a su vida cotidiana”, relató el Dr. Martínez Arias.
“Durante mi estancia en el hospital las enfermeras fueron muy amables, los doctores pasan y lo checan a uno con mucha amabilidad también; estuve muy sorprendida por el trato, además cuando el médico me dio de alta me sentí tranquila y sobre todo le di gracias a Dios por darme una segunda oportunidad de vida”, precisó la señora Guadalupe.