REDACCIÓN
Después de cuatro meses de intenso trabajo, pero sobre todo de práctica, se presentó el recital de la clase de percusión del profesor Antonio Fuentes en el salón 222 de la Escuela Superior de Música.
Fueron tres alumnos de primer año, y uno de segundo, quienes interpretaron diversas piezas en marimba como «Frogs», de Keiko Abe; «Manhattan», de Mark Ford; y un Allegro del Concierto de La menor de Vivaldi, todas presentadas frente a a sus familiares y conocidos, quienes hicieron uso de sus celulares para resguardar el testimonio del progreso de los estudiantes.
Antes de cada participación, el profesor Fuentes intervenía brevemente para presentar la obra que venía a continuación, así como al alumno que la ejecutaría, y con tono pausado y tranquilo evidenciaba el tenor de sus clases y personalidad como docente.
Señaló ante los tutores los avances que han mostrado sus alumnos, «esto es lo que han estado estudiando, espero que para cuando termine el año estén todavía mejor», y agradeció la presencia de los familiares, quienes resaltaron la labor del profesor.
Cada estudiante se mostró fluido en su ejecución, a pesar de estar frente a un público con quien compartían sus avances y aprendizajes en el marco de la culminación de un periodo de estudio. Algo transmitía la presencia de su profesor que el nerviosismo nunca fue visible en ellos, aunque estuvo presente, pero lo dominaron, así como su instrumento e interpretación.
«Uno sufre y a la vez disfruta», expresó el profesor Antonio Fuentes, quien este año cumplió un cuarto de siglo dando clases en la Escuela Superior de Música. Al terminar de guardar los pesados instrumentos con ayuda de sus alumnos, comentó que «uno sólo los va guiando, pero depende de ellos entender lo que trato de explicar», reconociendo que «es una satisfacción ver su desarrollo».