POR Guadalupe de la Cruz
Ni la «Alerta de Género» que existe en el Estado de México, ha logrado frenar los homicidios dolosos que se cometen contra las personas del sexo femenino, más aun cuando estos se realizan con saña contra este sector de la población.
Estadísticas oficiales aseguran que durante los primeros 10 meses del 2017 sólo se cometieron 54 homicidios dolosos en contra del sector femenino, mientras que la realidad los rebasa, pues se estima que son más 200 las mujeres que han perdido la vida de una manera violenta.
La saña con la que las feminas mexiquenses han sido asesinadas, es muestra clara de la falta de seguridad y de que las penas contra los responsables, deberían endurecerse.
Ya que actualmente no sólo son violadas, sino también privadas de la vida, pero de una forma salvaje, ya que son estrangulada, degolladas e incluso quemadas, a fin de que no puedan ser reconocidas.
Los actos feminicidas de mujeres calcinados se ha hecho cada vez más frecuente sobre todo en municipios del Valle de México como San Salvador Atento, Tecámac, Ecatepec, Isidro Fábula, entre otros, donde la densidad poblacional es mayor, sin que además existan responsables tras las rejas.