sábado, noviembre 23, 2024
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Tatiana Clouthier la rebelde amorosa

REDACCIÓN 

Tatiana Clouthier está acostumbrada a que le pregunten qué aprendió de su padre, Manuel Clouthier, empresario y político, luchador por la democracia. Pero casi nadie sabe quién fue su madre, doña Lety Carrillo, y todo lo que heredó de ella, además del parecido físico:

“Cuando muere mi papá, yo me di cuenta de que esta mujer, que normalmente la veías callada, aparentemente, sin una labor tan al frente de muchas de las cosas, y una decía: “híjole, tu papá es el de esto”; no, mi mamá era una mujer de servicio, impresionante. Mi mamá toda la vida dispuesta a servir, siempre atenta a todos”, dice la Vicecoordinadora de la bancada de Morena en la cámara de diputados.

“Cuando ya tomó las decisiones que tuvo que tomar, de negocios y de muchas otras cosas, le costaba trabajo tomar la decisión, pero una vez que la tomaba, y el tipo de decisiones que tomaba, yo digo que ella era la fuerte”.

Tanto doña Lety como su padre, el Maquío, inclucaron a Tatiana y a sus diez hermanos el amor por su país y por sus semejantes:

“Lo que sí te puedo decir, que nos educaron ambos, y esta es la parte, es buscar siempre el servir: haz el bien sin mirar a quien, y formarnos como personas de bien para la nación, personas de bien para la comunidad, personas de bien para la familia”.

“El amor realmente es dar libertades. Y en es manera nos educaron en la libertad, y en esa libertad hemos aprendido. Nos educaron en el respeto”.

Clouthier, también autora de libros como Maquío, mi padre y Juntos hicimos historia, ha querido inculcar a sus hijos, María y Lucas, estos mismos valores:

“Cuando fui candidata a la alcaldía de San Pedro mis hijos estaban muy chicos. Todavía antes, cuando fui diputada del 2003 al 2006 yo los traía a la cámara y me dicen que se acuerdan cuando yo los traía al pleno y andaban corriendo y jugando por el pleno, ellos me cuentan que se acuerdan”.

“Pero cuando ya fui a buscar la alcaldía para San Pedro, a mi hijo le preguntó alguien informalmente que si creía que era bueno que yo fuera alcaldesa y él dijo: “sí, porque ella siempre recoge la basura del parque”.

Sus hijos le han ensañado la paciencia, dice Tatiana Clouthier en entrevista para Notimex:

“Me han enseñado a respetar, a respetar que cada uno somos seres individuales y que como seres individuales cada quien tiene sus ritmos, sus gustos, sus preferencias, sus deseos, sus sueños, sus no sueños”.

No es fácil ser Tatiana Clouthier, una mujer exitosa, y menos en lo que ella ha elegido: la política.

“Cuando las cosas salen bien en un casa todos dicen “oye, qué bárbaro, son como el papá”. Y cuando las cosas salen mal, dicen: “qué bárbara, la mamá siempre andaba en la calle”.

“Cuando fui diputada la vez pasada mis hijos eran muy pequeños, y recuerdo que mi marido contaba o le decían: “ay, tú eres el que llevas a los niños a las piñatas”, como que eso fuera malo y fuera algo despectivo. Al respecto, también las mamás compañeras de mis hijos decían: “ay, él es el que va a las reuniones del colegio”, como que eso fuera malo”.

Acerca de su marido, Tatiana Clouthier solo tiene palabras de admiración y agradecimiento:

“Creo que aquí las mujeres a veces les negamos a los hombres el derecho a ser padres porque nos queremos meter a los cómos. Y aquí yo, en las experiencias de trabajo, a la mejor así me obligaron las circunstancias, pero he dejado que mi marido sea padre y es un padre mejor que yo madre”.

La excoordinadora de campaña del presidente Andrés Manuel López Obrador se asume rebelde. Y está convencida que esto lo aprendió en casa:

“No. No me dejo. Así crecí también la casa. Si te dejabas, no comías. La mesa era muy grande y había que meter la mano para agarrar lo que quisieras.”

“Parecería que nombrar las cosas como son no es algo bienvenido. Aunque lo admiras no lo quieres hacer porque parecería que compromete. Y sí, he aprendido a hablar como es”.

Con respecto a su relación con Beatriz Gutiérrez Müller, Tatiana Clouthier está convencida de que va más allá de solo una amistad pasajera:

“Si lo vemos en un sentido así, místico, si lo pudiéramos poner así, yo creo que somos almas viejas que coincidimos en algún otro momento, opero también las dos nos hemos aprendido a querer y a descubrir cosas una con otra. Le decía yo a ella que al verla y vivirla, y caminar junto con ella en este recorrido ella al lado de Andrés, pude entender mucho a mi madre: qué vive una mujer que vive con un hombre que está entregado a una causa”.

-Fin de nota-

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