POR Guadalupe DE LA CRUZ
El problema al que ahora se enfrentan tanto el personal de las funerarias y los familiares de personas fallecidas por COVID-19 en los domicilios, es que, se ha vuelto imposible conseguir el certificado de defunción, para enterrarlos o cremarlos -según sea el caso-, quedando los cuerpos más tiempo del debido.
Gabino Zarza, representante de funerarias del Valle de Toluca señaló que la escasez de certificados de defunción se ha convertido en un gran problema, lo que provoca que los cadáveres se queden más de cinco días sin poder retirarlos a tiempo.
“Desafortunadamente muchas personas están falleciendo por COVID-19 en sus domicilios y los médicos que confirman la muerte, le dejan todo a las funerarias, quienes batallan por días para poder conseguirlo”.