* EUA acusa de delincuencia organizada y corrupción a directivos
relacionados con el máximo organismo del balompié mundial.
Nueva York.- El Departamento de Justicia de Estados Unidos presentó cargos contra una supuesta red de delincuencia organizada y corrupción conformada por 14 individuos, pertenecientes o relacionados con la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA).
La acusación, develada en una corte del condado de Brooklyn, en Nueva York, por la procuradora general, Loretta Lynch, indicó que los cargos incluyen además fraude electrónico y conspiración para lavar dinero, entre otros delitos derivados de un esquema que duró 24 años.
Los acusados incluyen dos vicepresidentes de la FIFA y de la Confederación Norte, Centroamérica y del Caribe de Futbol (Concacaf), así como funcionarios de la Confederación Sudamericana de Futbol (Conmebol) y ejecutivos de empresas relacionadas a estos organismos.
Siete arrestos se realizaron ya en Suiza, sede de la FIFA; además de que cuatro individuos, directivos de las asociaciones de futbol o empresarios relacionados, así como dos acusados corporativos, ya entraron a un acuerdo de culpabilidad.
Entre los acusados destacan Jeffrey Webb y Jack Warner, el presidente actual de Concacaf y su antecesor, en forma respectiva. Órdenes de cateo fueron también anunciadas para las oficinas de la Concacaf, en la ciudad de Miami.
A los directivos de empresa se les acusa de haber supuestamente otorgado de manera sistemática más de 150 millones de dólares en sobornos y pagos indebidos para obtener derechos de medios y de mercadotecnia de los torneos.
«La acusación presume corrupción extendida y sistémica, enraizada de manera profunda tanto en el extranjero como aquí en Estados Unidos», expresó Lynch.
En su primer caso de alto perfil desde que asumiera el mes pasado su puesto como procuradora general, Lynch destacó que la supuesta red criminal se extendió «al menos a dos generaciones de directivos de futbol», que han abusado sus posiciones para enriquecerse de manera ilegal.
«Han dañado profundamente a una multitud de víctimas, desde las ligas juveniles en los países en desarrollo que debían beneficiarse de los ingresos generados por los derechos comerciales que ostentan estas organizaciones, hasta los seguidores en casa y el mundo, cuyo apoyo da valor a estos derechos», dijo.
La acusación fue presentada por Lynch, en compañía del procurador federal a cargo del distrito de Brooklyn, Kelly Currie; James Comey, director del Buró Federal de Investigaciones (FBI); y Richard Weber, director de investigación criminal de la Oficina de Impuestos (IRS), entre otros.
«Permítanme ser claros: la acusación no es el capítulo final de nuestra investigación», advirtió Currie. Añadió que «el futbol internacional organizado necesita un nuevo comienzo», así como la posibilidad de que su accionar sea supervisado.
Los acusados se dividen en tres categorías: funcionarios que actúan con capacidad fiduciaria a nombre de FIFA o de sus organismos asociados; directivos de empresas de medios y mercadotecnia; y empresarios, banqueros y otros intermediarios que lavaron los pagos ilícitos.
Los acusados, así como los cuatro individuos que se declararon culpables, pueden recibir sentencias máximas de hasta 20 años de prisión por los delitos que se les imputan, de acuerdo con el Departamento de Justicia.
La acción judicial sucede apenas dos días antes de la programada reelección del actual presidente de la FIFA, Joseph Blatter, sobre el cual no penden acusaciones.
Los funcionarios o ex funcionarios son Jeffrey Webb, presidente de la Concacaf, de las Islas Caimán; Eduardo Li, presidente de la Federación de Futbol de Costa Rica y miembro de la Concacaf; el nicaragüense Julio Rocha, expresidente de la Unión Centroamericana de Futbol (Uncaf). Además: el británico Costas Takkas, agregado de la Concacaf; el trinitario Jack Warner, exvicepresidente de la FIFA y miembro de la Concacaf; el uruguayo Eugenio Figueredo: actual vicepresidente de la FIFA.
El venezolano Rafael Esquivel, miembro de la Conmebol; el brasileño José María Marín, de la comisión organizadora de la FIFA; y el paraguayo Nicolás Leoz, presidente de la Conmebol.
Los cuatro directivos de empresas son el argentino Alejandro Burzaco, de Torneos y Competencias; el estadunidense Aaron Davidson, de Traffic Sports USA; y los argentinos Hugo y Mariano Jinkis, de Full Play Group.
Asimismo, se presentaron cargos contra el brasileño José Margulies, que se desempeña en las empresas de medios de información Valente Corp y que aparentemente facilitaba los esquema de pagos ilícitos a los funcionarios acusados.
Los cuatro individuos que entraron a un acuerdo de culpabilidad son el estadunidenses Charles Blazer, exdirectivo de la Concacaf; el empresario brasileño José Hawilla y los trinitarios Daryan y Daryl Warner, hijos del expresidente de la Concacaf.