sábado, diciembre 21, 2024
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El Estadio Azteca se convirtió en casa de la NFL

REDACCIÓN

Los más de 75 mil asistentes al Estadio Azteca, la tarde de este lunes fue un poco diferente, y no sólo por el partido que abría a semana 11 de la temporada 100 de la NFL, sino por el ambiente que los animadores ponen en cada jugada para tenerlos entretenidos.

El ambiente que se vivió en el Azteca tenía todo lo que un espectáculo debe de tener para llenar los grandes huecos que un partido de futbol americano tiene entre jugada y jugada.

Desde que los equipos saltaron a la cancha para realizar sus rutinas de calentamiento por las bocinas del estadio se dejaba en claro que los Cargadores eran el equipo local, aunque los seguidores del joven quarterback de Kansas City, Patrick Mahomes, no dejaban de animarlo con gritos de apoyo cada vez que su imagen aparecía en las pantallas.

Pero los Cargadores llegaron a la CDMX con un séquito de animadores que no perdían oportunidad para apoyar a su equipo, pero además trajo consigo al equipo de porristas que fue lo que más llamó la atención de los asistentes.

Algo que llamó la atención fue que mientras las animadoras realizaban su rutina de presentación, el pateador de Kansas City Dustin Colquitt, se puso en medio de ellas para realizar su práctica de patadas de salida, interrumpiendo a las señoritas, quienes no se inmutaron y continuaron con su rutina.

Antes de que iniciara el partido, las pantallas del estadio pasaron un video en el cual indicaban a la gente lo que tenían que hacer cuando los Jefes estaban a la ofensiva y el apoyo que tenían que dar a los angelinos cuando éstos tenían posesión del balón.

Y tampoco podía faltar la famosa «ola mexicana», la cual hizo su aparición cuando el segundo cuarto estaba a la mitad y puso el toque nacional a un partido que en la cancha no otorgaba lo que la gente esperaba, pues el dominio de las defensivas opacaba los intentos de River y de Mahomes.

Aunque en lo administrativo los Cargadores fungían como locales, la mayoría de los asistentes apoyaban a los Jefes y lo demostraban al sacar a ondear unas toallas blancas para demostrarles que estaban con ellos.

Así, con un ambiente de fiesta fue como los asistentes al Estadio Azteca vivieron una vez más un partido de futbol americano de lunes por la noche.

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