Redacción
Un colectivo de 47 futbolistas que participan en el Mundial de cinco países ha decidido tomar acciones para combatir el cambio climático. Jugadoras como Irene Paredes, Laia Codina y Claudia Zornoza de España, Sofie Junge Pedersen de Dinamarca, Jessie Fleming de Canadá y Elena Linari de Italia, se han comprometido a asumir la responsabilidad del impacto medioambiental de sus vuelos de ida y vuelta al Mundial de Australia y Nueva Zelanda. Esta iniciativa, facilitada por Common Goal y Football For Future, busca compensar las emisiones de CO2 generadas por sus desplazamientos.
Aunque son conscientes de que estas donaciones no resuelven la crisis climática, consideran que es un paso importante para compensar el impacto de sus vuelos y concienciar al mundo del fútbol sobre la importancia de cuidar el medio ambiente. La campaña también tiene como objetivo inspirar a instituciones para que el CO2 sea un criterio clave en la presentación de candidaturas para futuros torneos.
Para calcular el impacto ambiental de los vuelos, se ha utilizado una metodología rigurosa y científica que ha permitido a las jugadoras donar dinero a iniciativas de resiliencia climática y compensación de carbono, dirigidas por WWF en Australia y Nueva Zelanda, y DanChurchAid en Uganda.
La campaña apoya tres proyectos: Koalas Forever, que siembra árboles para reparar corredores naturales en Australia y proteger a especies autóctonas en peligro de extinción; Coastal Habitat Restoration, que restaura dunas costeras en Nueva Zelanda para proteger contra inundaciones y conservar la biodiversidad; y Uganda Tree Planting, que promueve la plantación de árboles indígenas junto a agricultores locales en Uganda.
Esta iniciativa liderada por las futbolistas es un claro ejemplo de cómo el deporte puede contribuir a la lucha contra el cambio climático y ser un modelo a seguir para las generaciones futuras. La esperanza es que más actores del mundo del fútbol se unan a esta causa y tomen acciones concretas para proteger nuestro planeta y su futuro.
