Redacción
En un giro impactante, Lizzo, también conocida como Melissa Viviane Jefferson, ha sido excluida del medio tiempo del Super Bowl 2024 debido a graves acusaciones de acoso sexual. La National Football League (NFL) tomó una decisión abrupta tras surgir denuncias legales en su contra presentadas por tres exbailarinas en el Tribunal Superior de Los Ángeles. Estas acusaciones incluyen no solo acoso sexual, sino también hostilidad en el ambiente laboral.
A pesar de la negación inicial de Lizzo en relación con estas acusaciones, su futuro profesional ahora parece incierto, ya que ha perdido la oportunidad de actuar en uno de los eventos más prominentes del mundo del entretenimiento. Incluso se informa que la NFL ha descartado la posibilidad de que Lizzo interprete el himno nacional en el Super Bowl 2024, lo que refleja la clara determinación de la liga por desvincularse de la artista.
El equipo de Lizzo se enfrenta a un reto monumental mientras intenta contrarrestar la avalancha de críticas y opiniones negativas de la prensa y el público. La situación se agrava a medida que más individuos se suman a las acusaciones similares en su contra. Esta serie de denuncias ha cuestionado la imagen previamente positiva y empoderadora que Lizzo había cultivado, generando una desconexión evidente entre su imagen pública y las alegaciones en su contra.
El camino hacia la recuperación de su carrera parece cada vez más difícil, ya que la fuente cercana a Lizzo menciona que está atrapada en un dilema: si habla, sus declaraciones son desacreditadas, y si permanece en silencio, la tachan de cobarde. La situación se torna aún más sombría al conocerse que al menos seis personas adicionales han presentado quejas similares, ampliando la magnitud del problema.