Redacción
El Mallorca dirigido por Javier Aguirre es recibido con euforia y celebraciones en su regreso tras asegurar su lugar en la Final de la Copa del Rey. Los aficionados, entusiastas y ataviados con bufandas y camisetas del equipo, expresan su alegría con cánticos y consignas como «Illa, Illa, Illa, nos vamos a Sevilla», anticipando la emocionante final en el estadio La Cartuja.
Dominik Greif, el portero eslovaco, emerge como el héroe aclamado por los seguidores. Su destacada actuación, deteniendo dos penaltis cruciales durante el partido y la tanda, le valió una ovación especial. Greif se sumerge en la celebración al bajarse del autobús del equipo, firmando autógrafos y tomándose fotografías con los emocionados aficionados congregados en Son Moix.
La exuberancia se desata en la capital balear tras el quinto y decisivo penalti anotado por Sergi Darder, asegurando la cuarta final de la Copa del Rey en los 108 años de historia del Mallorca. La plaza de las Tortugas, un enclave tradicional para celebrar triunfos mallorquinistas, se llena de seguidores festejando el logro del equipo.
Desde antes del viaje a San Sebastián, los seguidores de ‘Vasco’ Aguirre han mostrado su apoyo. Las peñas organizaron una despedida masiva y alrededor de 2 mil aficionados se reunieron en Son Moix para ver el partido en una pantalla gigante. La conexión entre el equipo y la afición se fortalece, alimentando la ilusión de un rendimiento destacado en la emocionante final de la Copa del Rey.
El Mallorca retomará los entrenamientos con miras al próximo partido de LaLiga, enfrentándose al Girona en Palma en la vigésima séptima jornada. El entusiasmo y la energía positiva generados por esta hazaña en la Copa del Rey seguramente impulsarán al equipo en sus futuros desafíos en la liga española.