* El jugador del Barcelona podría pagar una multa de 21 mil 600 euros para evitar la condena.
Barcelona.- El jugador del Barcelona Javier Mascherano aceptó este jueves una condena de un año de cárcel por defraudar 1.5 millones de euros de Hacienda y pidió a la Audiencia de Barcelona que suspenda la pena de prisión o la sustituya por una multa de 21 mil 600 euros.
En un adelanto del fallo para este caso, la sección octava de la Audiencia de Barcelona condenó al jugador a un año de cárcel, en un juicio que duró 10 minutos y en el que Mascherano aceptó el año de cárcel que pactó con la Fiscalía y la Abogacía del Estado, tras devolver a Hacienda la suma defraudada. El argentino publicó una carta, en el sitio oficial del Barcelona, para aclarar versiones sobre su estatus legal en torno a este hecho, «por medio de la presente quiero aclarar algunas cuestiones ligadas a las últimas noticias sobre mi persona», dijo.
Agregó que «hoy he llegado a un acuerdo con Hacienda de España, con sentencia firme y aprobación de todas las partes. Así, una vez resuelta la parte legal y con la tranquilidad de tener regularizada mi situación fiscal, quiero hacer un breve descargo».
Dijo que contrató un despacho fiscal español, que le recomendaron determinadas estructuras, todas dentro del marco legal, se le notificó que eran procedimientos habituales, transparentes y aceptados por la ley. Refirió que permaneció con ese despacho de 2010 a 2014, cuando decidió cambiarlo, por un proceso iniciado en su contra, y sus nuevos asesores recomendaron pagar los impuestos reclamados por Hacienda, presentando lo que se llaman «rectificaciones» sobre todos los ejercicios fiscales. El futbolista ocultó 1.5 millones de euros a Hacienda, de sus ingresos por derechos de imagen en 2011 y 2012.
Expuso que «luego de una amarga espera, llega este acuerdo, que me devuelve la tranquilidad de tener mis obligaciones al día». Destacó que «esta situación que me toca atravesar, la tomo como una experiencia más, de la que salgo fortalecido y muy tranquilo por el hecho de saberme nuevamente en regla. Me reservo la posibilidad de accionar contra aquellos que me asesoraron mal recomendándome algo que no era correcto».
