Redacción
Las conversaciones entre los actores de Hollywood y los estudios llegaron a un punto muerto, desvaneciendo las esperanzas de poner fin a la huelga de tres meses que ha afectado a la industria cinematográfica y televisiva.
El sindicato de actores, SAG-AFTRA, denunció las «tácticas intimidatorias» de los estudios y afirmó que sus ofertas habían sido tergiversadas. El conflicto se centra en asuntos como la compensación por la programación en streaming y el control del uso de la imagen generada por inteligencia artificial.
A pesar de reanudar las negociaciones el 2 de octubre, en un intento de seguir el ejemplo de la reciente huelga de guionistas que finalizó después de reanudar las conversaciones, las partes no han logrado avances significativos.
La Alianza de Productores de Cine y Televisión, que representa a los estudios, abandonó la mesa de negociación al considerar que la brecha entre ellos y SAG-AFTRA es demasiado grande y que las conversaciones no avanzaban en una dirección productiva.
La propuesta de SAG-AFTRA, que habría costado a las empresas 800 millones de dólares al año, fue criticada por la AMPTP, que la calificó de «carga económica insostenible». Sin embargo, el sindicato sostiene que esta cifra se sobrestimó en un 60%.
La huelga de actores comenzó el 14 de julio, unas semanas después de que los guionistas también fueran a la huelga. Esta situación marcó la primera huelga conjunta en la industria del entretenimiento en seis décadas.
El gremio de guionistas ratificó un nuevo convenio colectivo con los estudios el 9 de octubre, poniendo fin a su huelga, con el 99% de los trabajadores sindicalizados votando a favor del acuerdo, que fue pactado en septiembre.
