Agridulce final de la saga X-men
Por: Antonio Nieto
Casi 20 años de historia mutante concluyen este fin de semana con la llamada última película de X-men: Dark Phoenix. Pese a los constantes retrasos en su fecha de estreno y los reshoots para mejorar el clímax del tercer acto, la película por fin se encuentra en salas.
SU SINOPSIS:
Al fallar una misión en el espacio, los X-men ahora queridos y considerados héroes, son convocados para el rescate de unos astronautas. En ese rescate Jean Grey es expuesta a una fuerza cósmica que la transforma en un ser sumamente poderoso, inestable y en un enemigo que pondrá a prueba los lazos de amistad y hermandad de los X-men. Por si fuera poco unos alienígenas llegan a la tierra rastreando dicha fuerza cósmica para hacerse de su poder y establecer su dominio en el planeta.
La cinta dirigida por Simon Kinberg y protagonizada por Sophie Turner retoma la Saga de Dark Phoenix en la que el debutante director busca redimirse por su fiasco en el guión de X-men 3 en que dicha saga fue reducida a una subtrama. Aunque obtiene mejores resultados y es entretenida, se queda a medias en el desarrollo de los personajes y el final de la historia. Michael Fassbender, James McAvoy, Jessica Chastain e incluso la propia Turner hacen maravillas con un guión torpe y entregan buenas actuaciones.
A pesar de sus problemas de producción sale a flote y logra su cometido de entretener, pero no es excelente y no llega al calíbre de Days of Future Past o las dos primeras películas de la trilogía anterior. Cómo para ser considerado el cierre de una saga da casi dos décadas se queda corta. Aun cuando la crítica se ha ensañado con la película, lo cierto es, que no es mala y no se encuentra entre las peores de los mutantes.
Si eres fan de X-men es una cinta obligada de ver, sino es una buena opción para pasar el rato este fin de semana.